sábado, 19 de septiembre de 2009

UNO VIEJO: LA CONDICIÓN HUMANA, LA IRONÍA.

El hombre es la ironía caminando, se contradice consigo mismo cada que dice una palabra. Es un ser confundido que siente que las cosas deben ser sin que él cambie. Buscamos un mundo ideal pero no hacemos nada para lograrlo. A veces reflexiono si será mejor callar para no caer en la ironía. La ironía es una condición tan fuerte que nos esclavizará durante toda la vida. Quizás es algo muy complejo y que se hace difícil a la hora de explicárselo a la gente común; aunque no estoy valorando sino describiendo. No me imagino hablando de un porqué de esta condición, ¡sería tan difícil explicarlo! Trataré de esbozar en palabras sencillas lo que es la ironía.
Aquel ser irónico -el hombre- es aquel ser contradicho, incoherente, indescriptible, aquel que dice una cosa sin actuarla, sin vivirla. Un hombre irónico es quien crea un mundo ideal y se niega entrar en él. La ironía es confusión, se denuncia con el sarcasmo y se resuelve con la autenticidad o con la acción. A mayor felicidad menor ironía. La ironía es la condición metafísica que causa la confusión y la contradicción, un mundo sin contradicciones es un mundo ausente de ironías. Es simple y razonable existe la contradicción debido a que las cosas que decimos crean un deber ser que es incumplido por lo que no hacemos y por la simple incapacidad humana de dominar las cosas. La ironía humana surge por la pereza que tenemos para caminar hacia la utopía. Esto para hacer una breve descripción de una realidad de la que apenas podemos percibir sus efectos.

Ese hecho que se acaba de describir ha de tener una valoración, porque aquel científico que no valora lleva a la confusión del conocimiento con la sabiduría. El valorar es un paso entre el conocimiento y la sabiduría, el valorar muestra lo bueno y lo malo de las cosas, quien valora puede determinar, más fácilmente, lo que es la felicidad. La ironía es una condición natural que muestra el alejamiento de la utopía que es el bien supremo, pleno. No podemos considerla como algo malo, el mal es la ausencia de bien y destrucción del bien, la ironía es la contradicción entre el bien y el mal, la confusión de los actos con los pensamientos. La ironía refleja el desconocimiento de la vida y la felicidad. Cuando el hombre se aleja de la ironía y es coherente con su vida, descubre lo que es el bien y el mal y así sintiéndose en paz o pena puede determinar hacia donde dirigir sus acciones. Con la ironía no sabemos (entendiéndose desde la sabiduría, no desde el conocimiento), sólo somos. Quedarse en la ironía es confundir la infelicidad con la felicidad o viceversa, la ironía nos impide tener una sensación verdadera, no tenemos un contacto constante con la felicidad. Lo dicho genera una confusión sobre lo quien siente la felicidad. Quien es infeliz y siente que es feliz no está satisfecho ni en paz, esa es la razón por la que la ironía es tan confusa, la confusión así genere un sentimiento positivo no genera la paz querida. En síntesis la ironía es natural pero hay que superarla.

Después de una introducción, una descripción, una valoración el paso siguiente es determinar desde la vida cómo actuar ante, contra y en la ironía. Lo primero que debemos hacer es actuar y buscar ser como pensamos y sentimos. El combate contra la ironía es, aunque suene a discurso retrógrada del colegio, compromiso, comprometerse es autenticidad en un sentido amplio de la palabra. El compromiso es tomarse en serio la coherencia y buscar que la realidad humana se convierta en lo que está en nuestro pensamiento. Como seres humanos busquemos un cambio que nos lleve a un mundo mejor. ¿Cuántas veces queremos una cosa y no logramos, menos actuamos. lo que queremos? Dejemos la pereza por un mundo mejor, actuemos a favor de los demás. Vencer la ironía es conseguir la paz, la paz de descubrir la verdad y esa paz se hace actuando.

Esta divagación filosófica la hago para exhortar a las personas que la lean, que el mundo mejor está si nos oponemos rotundamente al aborto. Oponerse al aborto es QUERER EL GERMEN DE LA FELICIDAD, es negar la ironía, es amar que es la felicidad potenciada. Me duele enormemente que muchas personas que tienen esa posibilidad de compromiso se alejen de ACTUAR. La ironía es detestable, es una contradicción que no debe existir. Los seres humanos que quieren seguir siendo ironía deben desaparecer, así como la confusión debe desaparecer para determinar lo que es la felicidad.

COMPROMETAMONOS EN DEFENDER LA VIDA. LA VIDA ES LA FELICIDAD. ¡ACTUEMOS!

Escrito originalmente el 15 de diciembre de 2005

2 comentarios:

  1. Me parecio demasiado interesante y con mucha verdad tu relato, pero no te parece q para poder luchar contra la ironia, habria q dejar de ser hipocritas antes?
    Para q no haya abortos no hay q oponerse. Nunca escuchaste el dicho q dice algo asi: Si no puedes con el, unete.
    No te podes oponer a q miles de mujeres solas, sin recursos y, la mayoria de las veces, sin educacion aborten criaturas q estan destinadas a sufrir el hambre, las enfermedades, el abandono.
    Primero hay q correr un poco la idea de la utopia, para ver un poco la realidad y los limites, y poder buscar y encontrar una solucion aplicable mas alla de las palabras.
    Esta mas q comprobado, q el oponerse no genero nada bueno. Hay cada vez mas abortos, y mas muertes por ser estos ilegales.
    Ahora estoy viendo la fecha de esto y seguro q nadie lo va a leer pero bue...
    Exitos en esta dificil empresa de dejar atras la ironia tan propia y unica q tenemos los humanos.

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  2. Absolutamente... la hipocresía es una forma de ironía...Por otra parte ¿Por qué no podría oponerme? El punto central es que si "las criaturas van a sufrir" ¿por qué no matamos a los que sufren? A veces la desesperación genera dejar pasar el mundo..., dejarlo ir... pero, ¿no creés que es una forma de ironía también?

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