sábado, 12 de septiembre de 2009

BREVES APUNTES SOBRE EL PENSAMIENTO DE WILLIAM OF OCKHAM








De la clase de filosofía del derecho en la Universidad de la Sabana he encontrado algunas reflexiones sobre un pensador tan desconocido como relevante como lo fue William of Ockham. Este pensador, monje Franciscano, es sin lugar a dudas el principal antecedente de la filosofía moderna. Aunque con clara influencia sobre el empirismo inglés con su mayor auge en el pensamiento de Sir Isaac Newton irónicamente este autor es incapaz de realizar una simple ecuación algebraica: como no existe el universal tampoco existe el particular ¿∞= 1?





¿Es posible que la ciencia moderna haya surgido de un pensador que quería poner a Dios como única explicación? Irónicamente parece que así fue… Por eso en el presente escrito se resumirá el pensamiento clásico en general, posteriormente se mostrará el problema de los universales y la solución que le dan tanto los clásicos como el monje Franciscano, luego se mirará brevemente el tema de la navaja de Ockham, y por último las disertaciones del mismo autor en materia de filosofía del derecho.




1. PENSAMIENTO PRECEDENTE: pensamiento clásico.



Vayamos a la Edad Media contexto e inicio de esta historia, el auge de la filosofía escolástica donde no generaba ira debatir las tesis opuestas sino que era una forma de diálogo que caminaba a la verdad. Resulta que el estudio de la filosofía había llegado con doctores de la Iglesia Católica como San Agustín de Hipona o Santo Tomás de Aquino a su mayor auge. Del pensamiento clásico podríamos dar unas características generales que permitan comprender la forma como estos hombres brillantes resolvían preguntas:



1. Reconocimiento de la metafísica como ciencia suprema o el conocimiento máximo de todos los seres. La metafísica consiste en el estudio más profundo de lo que es, cómo así, el estudio de aquello en lo que coinciden todas las cosas: en que son. Al respecto sostiene Aristóteles en la Metafísica: “Lo más científico que existe lo constituyen los principios y las causas. Por su medio conocemos las demás cosas, la ciencia superior, es aquella que conoce el por qué debe hacerse cada cosa. el bien de cada ser…”[1].

2. Posibilidad del pensamiento analógico o la concurrencia de varias realidades en un determinado ser. ¿Cómo así? En español eso quiere decir, no que una cosa pueda ser muchas al mismo tiempo, sino que puede participar de varias realidades[2]. El agua por ejemplo es comparable a belleza, pureza, H2O, calmar la sed… Así el ser humano es comparable a un animal, a un ser libre, a un ser social, etc.

3. Reconocimiento de la teleología como principio general del movimiento de las cosas. Si hay cosas y todas ellas se mueven, es porque hay un fin hacia el que se mueven[3]. Por ejemplo cuando Aristóteles define el bien sostiene que “the good is that at which all things aim.[4]

4. En materia del conocimiento lo esencial es el camino a la verdad pero, como en el Banquete de Platón, es un caminar peligroso pues es amar algo que no se tiene… dicen que la verdad no se posee, pero ¿podrá vivirse?

Aunque con algunas divergencias que podríamos para efectos metodológicos dividir en “Agustino-platónicas” y “Aristotélico-Tomistas” el método para abordar la comprensión de la realidad. La Aristotélico-Tomista que, a mi modo de ver, por sus grandes tratados, su forma de escribir pretendía abarcar toda la realidad externa mientras que la Agustino-Platónica busca más un camino hacia la interioridad de la conciencia. Un Aristotélico-Tomista considera que la primera pregunta de la filosofía es “¿Qué es lo que es?”[5], mientras que el Agustino-Platónico se pregunta “¿qué soy yo[6]?” como pregunta fundamental.




1.1 ¿Cuáles son las consecuencias de la filosofía clásica para el derecho?




El derecho para la filosofía clásica es ipsa res iusta que en español es “la misma cosa justa”. ¿Qué es la cosa justa? En un ensayo publicado en este blog titulado ¿Es la sociedad un elemento esencial en la relación de justicia? Lo explico quizás de manera “simple”:






“Mi derecho en términos simples o coloquiales y para no entrar en tanto rigor es
lo que es mío, toda cosa –material o inmaterial- mía, es mi derecho. Sin
embargo, para que algo mío sea considerado como mi derecho tiene que existir
alguien que me lo deba.”[7]



Todo lo que es realmente mío es mi derecho. ¿Qué es suyo? Eso es su derecho. Bueno claro está eso “suyo” debe estar en un nivel externo de tal manera que pueda ponerse en conflicto por alguna razón. Todo el derecho romano parte de determinar “lo mío, lo suyo y lo nuestro” y para eso parte de la idea de fuente juega un papel esencial, pero no tanto como la jurisprudencia que determinaba conforme los hechos de cada caso la fuente y el juicio de lo que correspondía a cada cual.




Del punto de partida metafísico, el derecho atiende a la finalidad de ser una ordenación social, esto es, servir para que la vida en comunidad se desarrolle. A su vez se busca la verdad en la jurisprudencia y está viva y cambiando, adaptándose a cada circunstancia concreta. Reconociendo la posibilidad de la analogía del derecho, como “varias realidades que participan de la cosa justa”. El acto humano como ordenado a un fin social tiene como finalidad el desarrollo del hombre dentro de la comunidad, el desarrollo de uno sin perjudicar al otro. ¿Suena idealista? Pues claro que no nos salvamos de la corrupción, ni de los magistrados de la Corte Constitucional romana, ni del falso discurso, pero al menos, al menos, tenían menos sitios por dónde esconder sus micos (dicho popular colombiano acerca de una norma que permite saltarse el cumplimiento de la ley)…




2. EL ERROR FILOSÓFICO DE OCKHAM





Si la modernidad no me asesina creo que el error de Ockham fue matemático. Ockham no se equivocó en metafísica, ni en epistemología, se equivocó en simple matemática, tal vez sufrió mucho en su clase de álgebra y se cansó de X y Y. Veamos por qué.




Vamos a hacer un ejercicio de niño chiquito ¿Cuántas vacas hay en la foto? ¿Cuántos pájaros? ¿Cuántos árboles? ¿Cuántos animales? ¿Cuántos patos? ¿Cuántos árboles? Ese proceso de conteo surge precisamente porque partimos de lo que en filosofía se conoce como “universal”. Como así, podemos contar vacas, patos, caballos porque existe algo que distingue a la vaca de otros seres. Espero que pocos niños chiquitos me lean porque si lo hacen su inmensa intuición callará mi intento cartesiano de cuestionar lo evidente[8]. De hecho le pregunté a mi genial hermanito Federico Toro y primero me miró con cara “este bobo” pero después logrando organizar mi pregunta ¿por qué esta es una vaca y aquella una oveja? Y me contestó “pues porque son diferentes” y yo le pregunté “¿son diferentes o los vemos diferentes?” Y enfáticamente me contestó: “¡SON diferentes!”.



La respuesta que da mi hermanito, tan simple, tan enfática y tan aburrido de semejante discusión tan absurda es la misma respuesta que había dado toda la filosofía clásica. Ockham también se plantea el mismo problema ¿son diferentes o los vemos diferentes? Así intenta resolver es si ese universal verdaderamente existe ¿es el universal una realidad? Las respuestas que se habían dado al problema del conteo de los entes, o en términos metafísicos de la existencia de los universales: le habían reconocido realidad, hay una naturaleza común pero manifestada en diversos seres individuales.


Ockham no ve los universales como algo real o al menos cognosible (en español posible de conocer). ¿Y la vaca, el pato, el guayacán, la soledad, la oveja, el caballo de la foto no existen? Existen como seres individuales dirá Ockham… y entonces ¿por qué le decimos “pato”, “vaca” o “caballo”? Son simplemente nombres que surgen de la generalización de unas sensaciones… ¿Y por qué a esa generalización se le pone “vaca”? Porque presenta unas sensaciones comunes que para entendernos la llamamos “vaca” y ¿qué pasa si yo encuentro “vacas” que me producen sensaciones distintas? Deles un nombre… y añadiría yo bajo el riesgo de salir como revolucionario de la Academia de Zoología porque ella es la que da los criterios para definir. Lo que hizo Ockham fue hacer el énfasis en que la vaca era diferente de la oveja porque “las vemos diferentes”. ¿Qué le habría dicho mi hermanito? Creo que se habría ido de semejante perdedera de tiempo…


Es decir, la “metafísica” de Ockham lo que niega es la posibilidad de la naturaleza. Esto es, Ockham no ve un principio de operación y movimiento en las cosas que tienen conceptos universales. Para Ockham esos conceptos no parten sino de las generalizaciones que hacemos los hombres. Es por eso que cuando para Ockham hablamos de los universales el proceso cognitivo que sucede en nuestra mente “is just the act of thinking about several objects at once; metaphysically it is quite singular, and is “universal” only in the sense of being predicable of many[9]. Mientras que la teoría del conocimiento Aristótelico-Tomista sostiene que el “universal” es simplemente la naturaleza[10] como principio de movimiento que está presente en seres particulares, para Ockham no es más que un nombre que surge de lo que generan las sensaciones ¿o de quienes tienen el poder?



2.1 Tomando en serio la matemática en Ockham


No existe el universal, o al menos el hombre no podría conocerlo: ¿menos metafísica y más matemática[11]?. ¡Falso! Tomémonos en serio a Ockham, bueno con más seriedad de la que se lo han tomado sus seguidores. Si no existe el naturaleza sino simplemente una generalización de sensaciones, no podemos hacer distinciones –salvo derivadas de las sensaciones- y por tanto no puede haber verdadera clasificación. ¿Dejan las sensaciones la posibilidad de determinar el quantum? Al no poder clasificar, los juegos de “conjuntos” de los niños chiquitos no son más que imaginación barata ¿de dónde salen?


Ahora bien como en álgebra “X + Y” no pueden sumarse porque son diferentes, en Ockham esto no aplicaría porque si partimos de ideas reales como 3 Patos + 2 Vacas no pueden sumarse ya que no existe un principio o esencia que distinga las cosas entre sí -esto es que diga lo que es vaca o pato- Afirmar que 3 patos + 2 vacas= 5[12] sería algebraicamente válido en términos de Ockham. Eso en términos abstractos es lo mismo que decir que Vaca= Pato. O que X=Y. Hasta ahora el juego es posible. Pero como Patos= Vacas es posible, también es posible sostener que Vacas es desigual a Pato por lo tanto el álgebra no tiene sentido. Además como no existe una esencia que distinga las cosas nada obsta para decir que 1=5 y que 1= 12, o que 1= infinito.


Al fin y al cabo, la negación de la esencia como universal tampoco genera un criterio para hablar de particulares. La contradicción está en que con la negación del universal, también se niega la posibilidad de particularizar entes individuales. Yo puedo ser 5 entes: manos, pies y tronco. Y así hasta la máxima división en partículas elementales que no son más que energía. Y al ser únicamente energía ¿cuál es nuestra particularidad? Si todo es lo mismo pero lo percibimos distinto ¿para qué distinguir?



2.2. Incomprensión de la metafísica clásica.



Ockham a quien hemos criticado sin compasión tiene un excelente principio que callaría a Aristóteles como en la idea de la distinción de justicia interna y justicia externa: “soy injusto adentro y justo por fuera ¡qué bueno!”. El principio se denomina “el principio de parsimonia” o popularmente conocido como “la navaja de Ockham” que en latín se enuncia así: “non sunt multiplicanda entia sine necesitate.”. Eso en español o más bien, en paisa, quiere decir “Hombre no echés carreta sin necesidad, tomate un guarito, dejá de hablar m...”. La traducción adecuada es “no es necesario multiplicar los entes sin necesidad”.


¿Cómo así? Es bueno reírme con mi hermano menor sobre el ilustre carretazo de “el contrato es el acuerdo de voluntades en virtud del cual, ambas voluntades están reflexivamente encaminadas a producir unos efectos jurídicos queridos por éstas”. El principio de “economía metafísica” tiene mucha sabiduría si se le utiliza en semejante definición tan carretuda ¿es necesario hablar de voluntades volando para definir un contrato? El contrato son unos hechos que vinculan unas partes a cumplir unas prestaciones. ¿Más simple? ¿Mejor? El error del principio de parsimonia es considerar que es mejor una definición por ser más simple, no lo que quiere decir este principio es: “si en la realidad no hay ‘entes’ adicionales no se los invente”.


El error de Ockham en la aplicación de este principio está en que confunde ente con realidades que participan del ente. ¿Cómo así? Ockham cree que cuando se habla de universales en Diana Conde por ejemplo que es “humana, animal, racional, social, gatuna” se están aumentando los entes…, no lo que se sostiene es que por analogía en la esencia de Diana Conde puede entenderse que hay similitud y participación de esos universales. De esa manera, el primero en equivocarse en usar su genial invento fue Ockham: desconoce la posibilidad de la analogía como forma de razonar. ¡Definitivamente Ockham no sabía contar! Que el hombre participe de “animal” y de “espiritual” no hace que cada individuo sea “dos entes”: ¡QUE LA NAVAJA TENGA CUCHILLOS NO LA HACE NAVAJA, CUCHILLOS Y LIMA! Estar y ser en dos conjuntos no aumenta el número de entes…

Como William of Ockham no comprende la posibilidad de causa formal –el cómo se organizan las cosas- que Aristóteles identifica con la esencia de las cosas, tampoco podría entender que las cosas tengan un fin –causa final-. ¿qué orden puede verse en sensaciones sin sentido?


3. ERROR IUS FILOSÓFICO DE OCKHAM


Ya que Ockham habló de derecho me voy a dar el lujo de hablar de fútbol o, de cómo ser un buen deportista…al fin y al cabo el principio de parsimonia dice cómo no se puede hablar pero no de qué. Pues efectivamente Ockham habló de derecho para defender la cuestión de la inexistencia de derechos de los franciscanos. El problema es que los franciscanos buscaban vivir la pobreza y por tal motivo no podían tener cosas ni derechos. En la tradición del derecho romano el derecho era la cosa justa o como se vio anteriormente “lo mío, lo suyo y lo nuestro”. Para defender la idea de la vida en la pobreza efectivamente se requería que no tuvieran derechos… “nada mío”. Pero, ¿cómo no iban a tener cosas suyas si con el uso de la cosa había directamente una cosa que podría decirse del usuario? Cabe recordar que el derecho y el uso legítimo de una cosa pueden identificarse en el derecho romano.[13] ¿Cómo podemos ser pobres si tenemos derechos?




Ockham a mi modo de ver tenía 3 alternativas: 1. Reconocer que la pobreza absoluta es la muerte; 2. aceptar unos derechos mínimos y la incapacidad de apropiarse de otros; o 3. ¿el opuesto al principio de parsimonia?


Curiosamente Ockham optó por el opuesto al principio de parsimonia: se inventó más entes para poder explicar por qué los franciscanos no tenían derechos. La discusión se da en el contexto de si el uso que Adán y Eva daban a las cosas en el paraíso era legítimo porque era derecho, o no lo era por el derecho. El romanista clásico, y eso hizo el papa Juan XXII, diría “efectivamente ese uso que se le da a la cosa es porque se trata de un derecho” (Propiedad y uso se identifican en el derecho romano), Ockham decía que no, pues se trataba de un “derecho” natural no de propiedad en estricto sentido jurídico[14]. Para Ockham la posibilidad del derecho “law”[15] surge después del pecado original cuando Dios permite a los individuos que regulen legalmente sus relaciones. ¿Cómo así que lo la posibilidad de regulación legal de las relaciones?




Efectivamente el derecho no es el uso de la cosa sino simplemente la potestad de exigir la cosa frente al derecho -acuerdos puestos por los hombres para regular las relaciones entre ellos y sus cosas-[16] y ese “verdadero” derecho para Ockham otorgaba a las personas clamar por la persecución de sus bienes ante los jueces. Es así como el derecho para Ockham ya no es ipsa res iusta sino ius est ipsa potestas: el derecho -Para Ockham- es la potestad de hacer o exigir una cosa. Bajo esta idea podría haber uso de cosas sin que eso generara un derecho, como también podría haber derechos sin que no implicaran el uso pero sí la potestad de pedirlos. Es como Ockham vuelve al paraíso usando los bienes como Adán y Eva pero sin la posibilidad de pedirlos ante los jueces.



Como el derecho ahora es potestad tiene para Ockham algunas consecuencias: 1. División real –por oposición a la teórica- entre “natural rigths” y “legal rigths”: entre derecho natural y derecho positivo; 2. De lo anterior el único derecho válido, verdaderamente exigible es el derecho positivo; 3. Como desarrollo en Hobbes puede entenderse que “el derecho es libertad” y lo que para él es “la ausencia de impedimentos externos que reducen el poder del hombre de hacer lo que quiere”[17], por lo tanto existe un ius in omnia; 4. Es posible tener un derecho sin que se permita el uso de una cosa.



CONCLUSIÓN Y SÍNTESIS


¿Qué puede decirse de William Of Ockham? Podríamos resumir su pensamiento de la siguiente manera: 1. Los universales son simplemente generalizaciones, es pensar sobre muchos “particulares” al mismo tiempo; 2. La navaja de Ockham es un invento interesante pero que tuvo como consecuencia irónica cortar su pensamiento. También podríamos decir que William de Ockham tenía en sus manos la posibilidad de superar a Aristóteles (la carretología implica que la carreta en cuanto carreta no es más que carreta) pero cayó más bajo, porque no supo utilizar su navaja: ¡en vez de cortar la “carreta” destruyó la realidad!

BIBLIOGRAFÍA
1. Apuntes de Clase por Daniel Toro Restrepo. Filosofía del Derecho. PROFESORA TITULAR: Camila Francisca Herrera Pardo. Segundo semestre de 2009.


2. Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.

3. HOBBES, Thomas. Leviatán. Compendio de Iriarte Morales, Fernado.Ediciones esquilo. Bogotá D.C 2003.

4. KIERKEGAARD, Soren. TRATADO DE LA DESESPERACIÓN. Editorial Gradifco. Buenos Aires. 1999.

5. ARISTÓTELES. Metafísica. Extracto enviado en la asignatura de Filosofía del Derecho.

6. GONZÁLEZ, Fernando. Viaje a pie. Medellín, Bedout, tercera edición. Versión .doc. Tomado de http://www.otraparte.org/

7. BLOG EL ALISPRUZ. http://elalispruz.blogspot.com/

Imágenes.
1. Inicial tomada de http://en.wikipedia.org/wiki/File:William_of_Ockham.png

2. Collage de fotos personales del autor. Pueden ver en www.flickr.com/photos/danieltoror/


3. Navaja: tomada de la presentación enviada por la profesora Camila Herrera en la clase de Filosofía del Derecho.




[1] ARISTÓTELES. Metafísica. Documento enviado en clase de filosofía del derecho.
[2] Al respecto puede afirmarse que existen dos clases de analogías: 1. Analogía del ser, 2. Analogía por atribución. La primera existe en la realidad en tanto hay un ser propiamente dicho y otros que tienen el ser por participación, la segunda es una categoría que solamente existe en el intelecto.
[3] Al respecto sostiene Fernando González tratando de encontrar el fin de las cosas y la noción metafísica de movimiento: “El movimiento no es otra cosa que las reacciones de los seres efectuadas para recuperar la línea dirigida al centro de la gravedad. Y la tierra, y los planetas, y todos los soles se mueven. ¿Qué centro de gravedad los atrae? Los atrae la perfecta armonía, el fin de los fines, Dios.” GONZÁLEZ, Fernando. Viaje a Pie. Medellín, Bedout, tercera edición. Versión digital enviada por la Corporación Otraparte. Pág. 30
[4] Inicio de la Ética Nicomaquea citado en Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.
[5] Heidegger inicia su obra Introducción a la Metafísica preguntándose “¿Por qué es el ente y no la nada?”
[6] Aunque estoy haciendo muchas afirmaciones temerarias creo que la pregunta del yo encuentra su máxima resolución en Kierkegaard cuando sostiene que es una síntesis que se refiere a sí misma, esto es una síntesis (concepto de finalidad) que debe redirigirse hacia la forma en que ha sido planteada. Cfr. KIERKEGAARD, Soren. TRATADO DE LA DESESPERACIÓN. Editorial Gradifco. Buenos Aires. 1999. Pág. 24 Además, cabe resaltar que la filosofía que propone es una filosofía viva que realmente permita desarrollar al hombre, pues el pensamiento que no edifica es inútil Cfr. KIERKEGAARD, Soren. TRATADO DE LA DESESPERACIÓN. Editorial Gradifco. Buenos Aires. 1999. Pág. 14.
[7] http://elalispruz.blogspot.com/
[8] Un niño chiquito ante la magnitud del problema cartesiano pensaría así: “Si pienso, luego existo entonces ¿los burros no existen?”-“¿por qué hijo?” –“pues porque los burros no piensan.”
[9] Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.
[10] Al respecto puede reconocerse la distinción de las cuatro causas donde la primera es la esencia es aquello que hace que una cosa sea una y no otra. Veámoslo en palabras de Aristóteles: “Evidentemente es preciso adquirir la ciencia de las causas primeras, puesto que decimos que se sabe, cuando creemos que se conoce la causa primera. Se distinguen cuatro causas. La primera es la esencia, la forma propia de cada cosa,{16} porque lo que hace que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es; la razón de ser primera, es, por tanto, una causa y un principio. La segunda es la materia, el sujeto{17}; [59] la tercera el principio del movimiento{18}; la cuarta, que corresponde a la precedente, es la causa final de las cosas{19}, el bien, porque el bien es el fin de toda producción.” Aristóteles op cit.
[11] En diversas fuentes se reconoce que Guillermo de Ockham niega la posibilidad de entidades matemáticas. Al respecto la Enciclopedia de Filosofía de Stanford en el punto referente a Ockham afirma “He did not believe in mathematical (“quantitative”) entities of any kind.” En Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m. Surge la pregunta ¿se refería al ente matemático como entidad real o como entidad de la mente?
[12] Espero que esto no lo vea un niño de séptimo porque lo regañarán “¡dónde leyó que pueden sumarse patos con vacas!”.
[13] “According to Roman law, as formulated in the Code of Justinian, “ownership” and “legitimate use” cannot be permanently separated.” Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.
[14] Al respecto como la fuente consultada fue en inglés el uso de la palabra “natural rigth” se opone al “legal rigth”, efectivamente la palabra “rigth” podría ser más amplia que lo que en español denominamos “derecho” porque denota algo más allá que la mera cosa justa. En inglés “right” se identifica con “lo correcto” y también con el derecho subjetivo En la época cuando se hablaba de “derecho natural” se hablaba de verdadero derecho, pero hay que hacer notar que en el contexto consultado no se entiende como verdadero derecho. Al respecto la cita textual es la siguiente: “For him, there was no “property” in the Garden of Eden. Instead, Adam and Eve there had a natural right to use anything at hand. This natural right did not amount to a property right, however, since it could not have been used as the basis of any kind of legal claim. Both John XXII and Ockham seem to agree in requiring that “property” (ownership) be a matter of positive law, not simply of natural law. But John says there was such property in the Garden of Eden, whereas Ockham claims there was not; there was only a natural right, so that Adam and Eve's use of the goods there was legitimate.”. En Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.
[15] Esta circunstancia parece tener una influencia directa en Thomas Hobbes quien sostiene la hipótesis del “estado de naturaleza” previa a la unión de todos los hombres en el “leviatán”. Esa hipótesis parece remontarse a la idea de Ockham que la legalidad surge por un acuerdo entre los hombres permitido por Dios después de la caída en el pecado original. Hobbes describe la vida en el estado de naturaleza como una vida terrible, por eso, todos deben acordar y ceder el poder al leviatán para que se remedie esa situación. Aunque Hobbes lo hacía partiendo de sus hechos exteriores, ¿por qué no el relato bíblico en el que Caín mata Abel no puede ser la influencia que tuvo Ockham en Hobbes para sustentar el estado?
[16] “For Ockham, “property” first emerged only after the Fall when, by a kind of divine permission, people began to set up special positive legal arrangements assigning the legal right to use certain things to certain people (the owners), to the exclusion of anyone else's having a legal right to them. The owners can then give permission to others to use what the owners own, but that permission does not amount to giving them a legal right they could appeal to in a court of law; it can be revoked at any time.” Stanford Enciclopedia of Philosophy. William of Ockham. Consultado en http://plato.stanford.edu/entries/ockham/ 01/09/2009 06:36 p.m.
[17]HOBBES, Thomas. Leviatán. Compendio de Iriarte Morales, Fernado.Ediciones esquilo. Bogotá D.C 2003. Pág.25

1 comentario:

  1. Hola AVISPRUZ, interesante su ensayo. Tiene la virtud de traer a cuento vertido en lenguaje coloquial la cuestión que tanto preocupó a los filósofos del medievo, el asunto de los Universales, y que generó dos corrientes, REALISMO y NOMINALISMO, los primeros afirmando la existencia objetiva de la categoría de GENERO y los segundos negándola. Lo cierto es que muchos siglos atrás se había planteado este problema, con soluciones antagónicas dadas por Platón (el mundo de la IDEAS, o sea los UNIVERSALES, con existencia real, separadas de las cosas materiales individuales) y Aristóteles que, refutando a su maestro, baja el cielo a la tierra y lo funde con el mundo de las cosas materiales. A la pregunta qué existe?, responde el estagirita: 1. Existen las cosas individuales, la mesa en la que escribo, este computador, mi mujer chateando en su portatil, Rosa María leyendo... 2. Pero las cosas al tiempo que existen, consisten, porque tienen un núcleo racional (la esencia que antes estaba en el mundo ideal de Platón ), que es lo universal en lo particular, y que las hace cogsnoscible. 3. El hombre es una de las cosas que existen. 4. El hombre sabe que las cosas son y lo que son. De esa manera resuelve Aristóteles la dialéctica entre lo universal y lo particular, entre el individuo y el género. Un ejemplo ilustrativo: Una gota de agua resume toda el agua del universo, porque su H20 constituye el núcleo racional o esencia presente en cualquier modalidad del agua, sea sólida o líquida o gaseosa, independientemente de la forma que adopte según el recipiente en que se vierta (hilemorfismo de hilé materia, morfé forma ), inseparable la una de la otra, no pueden darse la una separada de la otra. En este orden de ideas, en cada persona el alma se constituye en la forma substancial del cuerpo.

    Lo expuesto a galope tendido constituye el eje articulador del pensamiento aristotélico, que en la edad media fue revisado para acomodarlo a las exigencias del catolicismo. El gran revisor de Aristóteles fue Tomás de Aquino que en su Suma Teológica sienta la doctrina oficial de la Iglesia, con mucho de Aristóteles pero acomodado al dogma católico, como ocurre con el alma humana que puede sobrevivir a la muerte del cuerpo, demos por caso...Y luego una tendencia en la Escolástica, los llamados relistas, regresan a Platón enfatizando la prevalencia del género sobre el individuo. Expresaban los intereses del conservadurismo medieval donde lo colectivo primaba sobre el individuo, muy propio del modo feudal de producción. Pero la noción de individuo, de lo singular irrumpe con mucha fuerza desde las postrimerías de la edad Media, o comienzos del mundo moderno, anunciado a los cuatro vientos por el Renacimiento, ´que junto con la Ilustración, el humanismo y el calvinismo, se constituían en la gran revolución cultural que demolió las fundamentos ideológicas que sirvieron de soporte por diez siglos a la Edad Media, para dar paso al pensamiento moderno que trajo aparejado el nuevo sistema de producción capitalista.

    Los nominalistas con Ockham a la cabeza expresan la nueva tendencia de un sistema económico que cifra en las leyes del mercado ( el laisser faire laisser passer de Adam Smith, dogma del "libre comercio"),y hace la apologia de la libertad individual y de la iniciativa privada. Entonces, es en ese contexto histórico en que hay que entender a los nominalistas, como exponentes de lo nuevo del momento, de lo revolucionario.

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