Los conflictos humanos suelen ser una constante y estoy seguro que no hay solución posible que los disminuya del todo. Sin embargo, uno de los problemas que agudizan y extienden los conflictos es la falta de determinación clara de la cuestión o punto central del conflicto. De hecho, conflictos extensos y muy complicados se resuelven cuando se aclara la cuestión central, punto del diálogo o debate. Al respecto podemos citar un caso ocurrido en los Estados Unidos:
“… el conflicto que surgió en el emplazamiento de un vertedero en Eau Claire (Wisconsin). Varios grupos discutían acerca de la exactitud del informe sobre el impacto medio ambiental. La disputa se centraba, aparentemente, en los riesgos de contaminación del agua, pero el mediador descubrió cuáles eran los verdaderos asuntos de interés -cómo se iba a gestionar el emplazamiento, a qué horas estaría abierto, quién lo podría usar, qué tipo de camiones lo visitarían y qué ocurriría cuando el vertedero estuviera lleno. Una vez delineadas las verdaderas materias de la discusión, sólo se emplearon tres reuniones para llegar a un acuerdo que garantizaba a los vecinos que el vertedero se gestionaría de manera aceptable”. (BENSON, 2000, pág. 250) .
Podemos imaginarnos cómo en aquel conflicto muchas personas se encontraban y utilizaban carteles con frases fuertes, amarillistas quizás, los medios de comunicación seguramente haciendo alusiones del dolor de los vecinos por el hedor, otros hablando de la salubridad “pública” sin concretar, eso sin contar los insultos. Analicemos a profundidad el costo del conflicto.
EL COSTO DEL CONFLICTO
Se pierde mucha energía cuando se dice de todo excepto el enfrentamiento del punto central, la cuestión, la verdadera disputa. Hablando sobre la conquista norteamericana del oeste se sostiene “They son discovered that ‘warfare’ was a costly way of resolving disputes and lower cost methods of settlement (arbitration, courts, etc.)” (ANDERSON & HILL, 1977-1978, pág. 10) . Es que el conflicto violento, la guerra y la venganza siempre son costosos, aunque en algunas ocasiones bastante tentadoras. Aunque se trata de un autor que defiende la violencia centralizada, en los mismos fundamentos de su obra Hobbes sostiene cómo sería una vida de permanente conflicto. En esa situación “lo que hay es un continuo temor y peligro de muerte violenta. La vida del hombre se hace solitaria, tosca, embrutecida y breve” (HOBBES, 2003, pág. 23) . Hobbes que parte de una absoluta desconfianza del ser humano acaba concluyendo, de manera bastante absurda, que hay que confiar plenamente en el Leviatán (Estado). La conclusión de Hobbes es absurda, además, el hombre es lo suficientemente inteligente para no caer en esa vida deprimente tiene que dialogar y seamos perversos o ángeles para evitar la violencia debe haber reciprocidad (BENSON, 2000) esto es, un punto de confianza que legitime o incentive los acuerdos de paz.
El costo del conflicto no es solamente una cuestión económica. Mi mamá es psicóloga y ella sostiene que “los conflictos desgastan y cuestan demasiada energía emocional”. La psicología, de alguna manera, es una especie de economía, hay que ahorrar las emociones para algo verdaderamente relevante. Todos los seres humanos sabemos el costo de los conflictos pero hay dos cosas que nos hacen tender a buscarlos, la primera son las pasiones, la segunda la desviación del punto central. La primera pertenece al ámbito de la voluntad, la segunda al ámbito de la inteligencia. Analicemos la primera.
CONFLICTO DESDE LA INTELIGENCIA Y LA VOLUNTAD.
El ser puede observarse desde diversas vías. El ser cómo objeto conocido es la verdad. El ser como objeto querido es la belleza. El ser en cuanto objeto que perfecciona es el bien. Si estamos hablando de las pasiones, éstas se encuentran en el plano del ser como objeto querido. Los seres tienen propiedades estéticas que dominan la voluntad. La propiedad estética en sentido amplio implica también lo anti-estético, esto es, el ser en cuanto objeto no querido: feo. Es así como las pasiones se vuelven hacia las propiedades del objeto y producen el deseo bien sea de admirarlas -como las flores o las mujeres- o de rechazarlas –como el ruido, la agresividad, el desorden entre otras-. Muchos se han centrado en decir “la inteligencia debe controlar las pasiones”, y como buena frase de intelectualista es algo imposible. Centrarse en la inteligencia para cambiar la voluntad es considerar que somos como computadores programables.
Muchas veces los moralistas le dicen a uno “no deberías ser tan bravo”, pues sí, es una conducta deseable, pero sí tengo seres con propiedades estéticas que me producen ira, esa frase acaba siendo una de ellas porque no dice el cómo no ser tan bravo. No estoy diciendo que el comportamiento humano sea instintivo sino que lo estético tiene una fuerte influencia en el comportamiento. De hecho, la propiedad estética [en sentido amplio] de la injusticia es precisamente la capacidad para generar ira. Sin embargo, este no es el objeto del escrito, esto le corresponde a los psicólogos y a cada ser humano conocer su “comportamiento estético”. Tomarse las pasiones como parte de la inteligencia lo que genera es represión y rechazo del “mi mismo”. Cfr (TOMÁS-DE-AQUINO, pág. Primera sección Segunda Parte. Cuestión 22. Artículo 2)
La segunda agudización de los conflictos sí corresponde a la inteligencia. Pero como en este mundo las cosas suelen estar prostituidas la inteligencia pretende dominar –e incluso rechazar- las pasiones y las pasiones se transfieren al ámbito de la inteligencia. ¿Quién dice que la ira en cuanto ira es mala? No es más que una pasión. El problema es que la ira como pasión debe mover a la inteligencia a encontrar una solución lógica.
Para resumir los conflictos son consecuencia de la desesperación o concupiscencia, en otras palabras, de volver voluntad a aquello que le corresponde a la inteligencia y viceversa. Kierkegaard sostiene que el hombre debe “devenir” en condiciones posibles y necesarias (Kierkegaard, 2007, pág. 46) . La posibilidad es que efectivamente el hombre actúe, la necesidad se refiere a la forma de actuar acorde con lo que soy. Creo que los conflictos del hombre surgen por una desesperación con exceso de posibilidad y poco de necesidad (Kierkegaard, 2007, pág. 46) , es decir, cuando hay un conflicto hay que actuar, pero simplemente actuamos sin ser coherentes con lo que somos. Por el contrario me parece que el exceso de necesidad como el constante “deberías” lo que genera es represión que tarde que temprano estalla (Kierkegaard, 2007, pág. 48) . De esto podemos sostener que, no se trata de anular las pasiones sino de darles el cauce necesario. El criterio del exceso de necesidad y ausencia de posible puede resolverse por la psicología y no sabría cómo. El criterio del exceso de posible y ausencia de necesario tiene componentes psicológicos y también lógicos. Me centraré en la lógica.
INSULTOS Y ARGUMENTOS.
Los inevitables conflictos son costosos y se agudizan por nuestra condición humana desesperada que ha prostituido las funciones de la inteligencia y la voluntad. Al ser costosos es necesario preguntarse ¿cómo ahorrar los elevados costos de un conflicto? De esa pregunta vemos cómo en un caso concreto (BENSON, 2000, pág. 250) , el conflicto se resolvió determinando la verdadera disputa. Sin embargo, pocos saben verdaderamente cómo determinar el verdadero motivo de la disputa y, por lo anterior, se utilizan medios que aumentan el costo del conflicto. Una de las problemáticas más fuertes a nivel social es la cuestión social que, por culpa de Marx, se piensa que la disputa no puede racionalizarse, por lo tanto, no corresponde al diálogo sino a una revolución –bastante costosa-.
Pero una de las formas más comunes de agudizar conflictos en la convivencia diaria es el insulto mediante groserías. Al no existir una lógica que conozca el punto o lo enfrente, la pasión se desborda y el lenguaje se utiliza para insultar. De hecho, estableceremos la primera tesis de este escrito:
El insulto no es un argumento válido, por eso no resuelve conflictos.
¿Destruir el argumento o la persona? Si se destruye la persona el argumento sobrevive. |
Tal vez el que insulta tenga una adecuada justificación, inclusive esté legitimado para manifestar su ira, pero, esto no ataca el punto de la discusión. Me he demorado años y muchos conflictos tratando de entender esto. ¿Qué debemos entender por insulto? En sentido amplio el insulto es un ataque personal injustificado. No considero que el ataque personal sea inválido, pero éste tiene que estar justificado. Decir que Mónica Roa promueve el asesinato de bebés por nacer o que Planned Parenthood es un asesino de bebés es absolutamente cierto, en otros casos podría ser un insulto. O que la guerrilla o el estado dan asco eso es absolutamente cierto. Alguna vez la cabeza brillante me cuestionó haciéndome pensar que, efectivamente, hay quienes se comportan como RATAS y que eso no es un insulto.
No debe confundirse lo opuesto al insulto con la diplomacia, la diplomacia es un insulto, un insulto a la verdad. No siempre que se dice una cualidad negativa de alguien se le está insultando, ¿será que también cuenta el motivo? Creo que si el motivo es la verdad o la corrección no hay insulto. Una vez para corregir a un profesor del colegio le dije “están pensando que vos sos un hijueputa” y no lo insulté, quería que supiera algo para que se corrigiera.
Pero, llegar a decir que alguien es un “hijueputa” sin fundamento deja algunas inquietudes. No me confieso como el respetuoso, yo también he mentado muchas madres que hasta santas debían ser. Pero lo que es claro que cuando menté madres insulté y no presenté un argumento válido. El insulto no tiene que ser directo, cuando hablamos mal del prójimo lo estamos insultando sin que se dé cuenta ¡somos unos cobardes! Inclusive así sea verdad hablar sin la intención o capacidad de decirle al interesado es un ataque personal injustificado.
Fariseos. Chismosos. Para que no digan que son solamente las mujeres. |
EL ABSURDO DE LAS GROSERÍAS: Tomándonos en serio los insultos ¡vaya comedia!
Teniendo claro lo que es un insulto vamos a ridiculizar los genéricos o “groserías”. Ridiculizaré los genéricos en Medellín. Las groserías son palabras y las palabras no son más que palabras, el fin es lo que hace el insulto, no el “hijueputa”, pues al fin y al cabo hay gente hija de prostitutas [no me refiero a la que vende su cuerpo sino que hace cosas en contra de sí misma para conseguir cosas]. Hasta bien usada nos puede ayudar a entendernos. Por ejemplo, Fernando González habla del complejo de hideputas que tenemos en Colombia y no nos está insultando, nos está diciendo que insultamos a nuestras madres. Los insultos suelen referirse básicamente a la condición sexual de una persona o de su familia y quizás esto es igual en todo el mundo. Pero bueno, vamos una por una.
HIJUEPUTA: La grande, la más fuerte, mentar la madre. Es quizás la grosería más común y más ofensiva. Sin embargo, vamos a mostrar cómo en el uso común es bastante ridícula. Generalmente cuando vamos en la calle y alguien hace algo indebido que nos incomoda decimos “este hijueputa”. Pero ¿el hecho de que alguien nos incomode convierte necesariamente a su mamá en una prostituta? Si ni siquiera lo conocemos, sabemos su pasado, no sabemos quién es, menos aún sabemos quién es la madre del sujeto. Un profesor de esos exigentes –y a veces un poco cruel- oyó alguna vez cómo le mentaban la madre y sacó una excelente salida, cínica e irónica que nos enseñó: “sé que están mencionando mucho a mi mamá en los pasillos, pero no se preocupen, yo sé bien quién es mi mamá”. Cuando a mí me dicen esta palabra a mí me da risa, pienso ¿de quién están hablando? ¿Había alguien a mi lado? ¿Será que se está inventando una nueva novela? Al fin y al cabo yo también sé bien quién es mi mamá y que es lo opuesto a eso, además, si la Virgen María es madre adoptiva de todos, más certeza tengo de la fantasía que está proponiendo, así que me queda la duda de si la persona estaba hablando sola.
MARICA, CACORRO, GAY: Aunque algunos pretenden que el lenguaje se llene de esas palabras, para desgracia de ellos las representaciones sociales aún lo consideran un insulto. Pero los adolescentes y jóvenes capitalinos suelen usar la palabra “marica” como signo de puntuación, así que si en Bogotá le dicen “marica” eso es sinónimo de que le dijeran “qué más punto, qué más coma, bien o no signo de admiración”.
Empecemos por la palabra “gay”. “Gay” en el inglés original significa “alegre”, en francés, la palabra “Gai” significa lo mismo. Ahora bien, que los homosexuales se consideren alegres, pues, es una generalización, no los conozco a todos para decir lo son. Así que decirle “Gay” a alguien, si nos tomamos su significado original, eso no es un insulto sino un elogio, que le digan a uno “alegre”, en algún caso puede ser también una mentira – a veces no somos alegres-. Miremos “marica” y “cacorro”. Como dice la canción Diccionario Verde de Octavio Mesa “para explicarle lo de cacorro, esa palabra a muchos le pica, hay que aceptarla porque es el nombre para el marido del que es marica”. Frente a estas palabras estamos ante un problema de “certeza” ¿ha sido usted mi colchón para saber si he tenido relaciones homosexuales?
El hecho de que alguien nos caiga mal no lo hace inmediatamente homosexual ¿desde cuándo las palabras tienen efectos retroactivos? Así que “le dijeron la mentira en la cara”. No sé si uno se debe ofender si a uno le inventan mentiras, bueno salvo si le importa el qué dirán.
Esto es un perro... y viéndolo así, no parece un insulto sino un elogio... |
Adicionalmente, como la vida sexual suele ser privada, si el que se refiere al otro con esta condición tuvo sexo con la persona es un hipócrita y si no tuvo sexo puede ser un chismoso o un simple hablador. De hecho, salvo pocas ocasiones, no he sido testigo de la ocurrencia de tales hechos por lo tanto, si dijera “perra o perro” no sería más que un error lógico, de una afirmación infundada. Si fuera testigo de un hecho tal ¿no habría de ser objetivo y decirles a los DOS lo que son? Pero bueno como “el perro es un animal inteligente y leal” cuando me digan “perro” entenderé que me quieren decir inteligente y leal.
GÜEVA, GÜEVÓN: La Güeva es una degradación de “hueva” que son los “testículos”, en otras palabras es el órgano reproductor masculino. Hay que decir que los jóvenes capitalinos utilizan la palabra “güevón” como signo de puntación, los jóvenes antioqueños le dan el significado que es. Si en Bogotá le dicen “güevón” es como si le dijeran “punto” “coma” “tilde”. La palabra “güeva” o “güevón” en Antioquia suele significar alguien carente de inteligencia o de carácter. Pero vamos a tomarnos en serio el insulto. Si esta palabra en su sentido original hace referencia al órgano sexual o reproductor masculino, entonces ¿qué tiene de malo que lo comparen a uno con él? En los testículos nacen las semillas de la vida, veloces, rápidas que suben en carrera hasta fecundar. Los testículos son fuente de fecundidad, de fertilidad, en ellos se gesta una parte del proceso de conservación de la especie ¿será que el insulto se refiere a la conservación de la especie? Si se refiere al tamaño como cuando se dice “güevón” entonces si las tengo más grandes, puedo producir más espermatozoides, luego soy más fértil ¿no es más un elogio que un insulto? Mirémoslo desde otro punto de vista cuando decimos “güevon” ¿acaso tenemos visión de rayos X o somos los urólogos del personaje? Lo dudo… En algunas partes del país dicen “esta vieja ‘güevona’” y es válido preguntarse ¿a qué “huevos” se refieren?
MALPARIDO: Esto significa “parir mal” o “producto de un mal parto”. La verdad no entiendo cómo se puede “parir mal”. En primer lugar, si se trata de un pacto natural o por cesárea y el bebé sobrevive funciona entonces el parto fue bueno, si el parto es malo ¿no es porque se muere el bebé? Luego los “malparidos” simplemente están muertos. Esta palabra no debería ofender a los vivos sino que debe ser muy triste para madres que han perdido sus bebés al nacer y cargan culpa por eso. Una forma de “malparir” es el aborto por parto inducido o “parcial” en los últimos meses del embarazo, pero si sobrevive a este procedimiento asesino no solamente no es “malparido” sino un héroe, superviviente. Por otro lado, si el “parir mal” se refiere a los indescriptibles dolores que pasan las madres al momento de darnos a luz, entonces ¿quién no es “malparido”? Mi ex novia solía tener una respuesta muy inteligente a este insulto “mal-parida pero bien criada”. A todas estas ¿a cuántos partos hemos asistido para poder afirmar tajantemente que alguien es “mal-parido”?
GONORREA: Quizás alguien de otro país que lea este insulto se quedará sorprendido. Si, la gonorrea es una enfermedad venérea, pero vaya dígale “SIDA” a otro y ¿qué le contestará? Se quedará pensando “qué tan bobo”, efectivamente lo es porque sonaría a niño chiquito. Así tenemos que reaccionar frente a los insultos, en concreto ante “gonorrea”. Los insultos ganan fuerza porque en el imaginario colectivo, la representación social o los prejuicios de una comunidad estas palabras son ofensivas. Cuando estuve en Kansas, EEUU les decíamos groserías a los niños gringos quienes ni se inmutaban, ni ofendían al oír tales palabras, simplemente les sonaba como a “una palabra en otro idioma”; en sus hábitos, costumbres e ideas sobre lo común no asociaban ese sonido con un insulto. Creo que la gente utiliza este insulto sin pensar en lo que significa esa enfermedad, de hecho, en este momento ni siquiera sé cuáles son los síntomas pero los consultaré. Luego de consultar descubrí que la verdad los síntomas son tan desagradables que no me provoca describirlos (VARIOS, 2011) , tal vez por eso es un insulto. Bueno si uno habla de groserías tiene que arriesgarse a sentir asco. Sin embargo, si a uno le dicen esa palabra ¿cómo justifican que uno parece semejantes síntomas?
CONSECUENCIAS LÓGICAS DEL INSULTO.
El insulto como falacia
Lo primero que hay que decir sobre las groserías es que son falacias y las falacias tienen su propia respuesta. La falacia que más se asocia a las groserías es el ataque ad hominem y, adicionalmente es un ataque ad hominem que surge de la creación de un muñeco de paja. Explicaré separadamente estas falacias. El ataque ad hominem es falaz en la medida en que las condiciones de una persona –buenas o malas- no hacen verdadero o falso el punto que se está discutiendo. Si un político corrupto tiene razón en un punto, la verdad del punto no se pierde porque sea deshonesto en la mayoría de sus actuaciones. El ataque ad hominem puede ser tanto con insultos –ataques personales injustificados- como los –ataques personales justificados-. Por ejemplo si un fumador dice “fumar es malo” y otro le contesta “cómo no, lo dice usted que todo el día huele a cusca”, pues sí, eso puede ser cierto que el fumador todo el día huela maluco, pero ¿qué tiene que ver eso con que el cigarrillo sea bueno o malo? Esta subespecie de falacia se denomina tu quoque que significa “tú también”.
Espantapájaros. Fácil derribarlos ¿o no? |
Multiplicación innecesaria de la cuestión
El insulto abre lo que se discute y por eso hace más costoso el conflicto como veíamos previamente. Lo que sucede es que la disputa aumenta, primero por la cuestión original, luego por el insulto y así sucesivamente. Veamos la siguiente gráfica para comprender el crecimiento del conflicto:
MUJER: Amor, pásame por favor el control del televisor que quiero ver la telenovela y tú no estás viendo nada.
HOMBRE: Ah ya estás tan cansona como tu mamá, típico en ti.
MUJER: Eh!! ¿Pero cuál es la rabiecita con mi mamá?
HOMBRE: Esa señora tan cansona, siempre está metida, no me deja hacer nada, como TÚ QUE NO ME DEJAS VER TELEVISIÓN.
MUJER: ¿Por qué me tienes que gritar? Ya te estás volviendo como el borracho de tu papá, machista que tiene que gritar por todo.
HOMBRE: ¡¡¡¡RESPETE A MI PAPÁ!!!!
MUJER: Si como no, como usted respeta a mi mamá, cualquier cosa que no le gusta me compara con ella.
HOMBRE: Es que yo no merecía esa suegra metida, siempre poniendo problema por todo, no le basta con JODER A SU PAPÁ, que es una…
Foto de la llegada del huracán Katrina. Los huracanes no salen de la nada... al igual que los conflictos |
Pero, la respuesta al insulto, curiosamente es muy simple, basta con mantenerse en la cuestión inicial u original, la lluvia en la que se puede usar el paragüas. Por ejemplo, si el marido no quisiera discutir le bastaría con haber dicho “amor estoy esperando para ver ese programa desde hace días, si quieres mientras empieza, ves la novela”. Aun ante la agresiva respuesta del marido podría la mujer haber contestado “Mi mamá no tiene nada que ver con esto, ¿por qué no me quieres prestar el control? ¡Préstamelo, amor que tengo muchas ganas de verla y eso me descansa!”. Algunos psicólogos proponen evadir, irse ante el iracundo, yo creo que eso implica una evasión a la lógica tan rotunda como una agresión, hay que intentar al menos mantener la cuestión, si es imposible pues irse es, de hecho una alternativa lógica. A veces las cuestiones se aumentan pero porque tienen una relación necesaria con la principal, pero si es innecesaria ¿cuál es el sentido? Ockham diría non multiplicanda ente sine neccesitate por lo tanto no tiene sentido prolongar discusiones desde el principio de la navaja de Ockham (EL SOFISMA DE LA SIMPLICIDAD ¿MALINTERPRETANDO A OCKHAM?, 2010)
Entre el esquizofrénico y el iracundo que insulta.
Antes de terminar quisiera hacer una comparación. ¿Qué diferencia hay entre un esquizofrénico que se inventa que uno es un potencial agente de una oficina de policía secreta o una persona descontrolada insultándonos? En términos lógicos no hay ninguna, son afirmaciones infundadas sobre lo que somos o no somos. Así que ¿por qué tenemos que escuchar a quien nos insulta? En términos lógicos (del logos = razón) no es más que el loco del pueblo que tiene miles de fantasías debido a alguna insuficiencia orgánica. Lo grave es que el loco tiene justificación para sus acciones “ilógicas” ¿qué justifica la conducta del iracundo que insulta?
Hace poco me encontré con uno de esos personajes. Tenía que reclamarle algo justo. Después del segundo reclamo fuerte ya me estaba insultando me dijo “care chimba” (sic) aproveché para contestarle con toda la lógica del caso aquello que dijo que ni siquiera él sabía lo que significaba “no pues por la cara tan linda que tenés vos”. Creo que más que mi respuesta lo hirió que yo entendiera –y a la vez ridiculizara- lo que él ni entendía qué quería decir; esto es como si un esquizofrénico oyera de otro la gran historia que tiene en su mente.
Sin embargo, algunos psicólogos sostienen que los seres humanos comparten representaciones sociales, es decir, tenemos ideas comunes sobre algunas cosas. El mejor ejemplo de una representación social son las palabras, el sonido es flatus vocis lo que le da contenido es la imagen o idea que representa. Las representaciones sociales son los “prejuicios” y creo que la sociedad se acostumbra a pensar de manera errada. Los colegios por ejemplo enseñan mediante la repetición (EDUCACIÓN, VOCACIÓN Y PROPORCIONALIDAD DE LAS ACTIVIDADES, 2010) , ese hábito implica que repitamos e imitemos el comportamiento intelectual y que nos ofendamos ante sonidos determinados. Los pre-juicios son razonamientos estandarizados que se quedan y por lo tanto no nos damos el lujo de cuestionarlos. Por eso los adolescentes son tan importantes para la cultura pues cuestionan los hábitos racionales de sus padres, re-pensándolos. Pero habituados a la estancada repetición nos quedamos sin pensar y entonces, nos han repetido -las conductas- “insultando y gritando ganamos discusiones” porque los nerds han permitido eso en los matones. Pero ¿qué discusión se gana mediante insultos? El iracundo que insulta es producto de esta sociedad, habituada y perezosa, al menos el esquizofrénico es autónomo, el que insulta lo hace producto de su estúpida masificación.
CONCLUSIONES
Como toda cuestión llega el momento de concluir. Un conflicto son muchas cuestiones inconclusas. Aquí toqué varias cuestiones, el origen de los conflictos, la agudización de los mismos, las consecuencias económicas y psicológicas, el elevado costo, las formas de conflicto con las groserías como genéricas. Toqué las groserías como falacias, las groserías como multiplicadoras innecesarias de la cuestión, la comparación –en términos lógicos- de quien insulta con el esquizofrénico. Vimos cómo los insultos o las groserías no son más que sonidos propios de una cultura que se masifica y pretende utilizarlos en los conflictos. Pero, no quiero cerrar la discusión y hay una razón muy simple: no puedo controlar la mente ajena. Por eso, si se observa la defensa de Sócrates ante las acusaciones su actitud va hacia la verdad sin importar lo que pudieran pensar sus jueces. Dejo pues la cuestión inconclusa para que el diálogo pueda continuar, pues el diálogo se opone a la fuerza y ¿no nos fuerzan las conclusiones?
BIBLIOGRAFÍA
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BENSON, B. L. (2000). JUSTICIA SIN ESTADO. (J. I. DEL CASTILLO, & J. GÓMEZ, Trads.) MADRID: UNIÓN EDITORIAL.
HOBBES, T. (2003). EL LEVIATÁN (Compendio Resumen). (F. Iriarte Morales, Ed.) Bogotá D.C, Colombia: Ediciones Esquilo Ltda.
Kierkegaard, S. A. (2007). Tratado de la Desesperación. Buenos Aires, Argentina: Gradifco.
TOMÁS-DE-AQUINO. Summa Theologiae. Suma Teológica (Virtual http://www.corpusthomisticum.org/sth1090.html#32299 Virtual en http://hjg.com.ar/sumat/index.html ed.).
TORO RESTREPO, D. (18 de Noviembre de 2010). EDUCACIÓN, VOCACIÓN Y PROPORCIONALIDAD DE LAS ACTIVIDADES. Recuperado el 2 de Marzo de 2011, de EL ALISPRUZ: http://elalispruz.blogspot.com/2010/11/educacion-vocacion-y-proporcionalidad.html
TORO RESTREPO, D. (20 de Noviembre de 2010). EL SOFISMA DE LA SIMPLICIDAD ¿MALINTERPRETANDO A OCKHAM? Recuperado el 2 de Marzo de 2011, de EL ALISPRUZ: http://elalispruz.blogspot.com/2010/11/el-sofisma-de-la-simplicidad.html
VARIOS. (27 de Febrero de 2011). GONORREA. Recuperado el 2 de Marzo de 2011, de WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Gonorrea
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