TRIBUTO AL CIELO, a photo by ElAlispruz on Flickr. |
En los ambientes "intelectuales" parece que la inteligencia es lo que prima, ésta es sinónimo de grandeza o de reconocimiento pero ¿acaso es lo que realmente vale? Los "intelectuales" son (somos) tan brutos que no se dan cuenta que la inteligencia no hace belleza, que el acto humano corresponde a la voluntad. Pero ¿cuál es el elogio de la voluntad?
Poderosa voluntad que haces hecho, verdad y belleza, eres acto y no carreta, tributas en el silencio más que millones de palabras de un poeta. En ti está el amor, dichoso y hermoso placer que, aunque duela, lleva al alma a multiplicar el bien. Eres más que el conocimiento que se rinde ante tus pies, te reconoce como el rey, como en últimas lo que hace ser. Amar y ser corresponden a la voluntad, imagen y representación -en últimas falsedad- corresponden al entendimiento... ¿De qué sirve conocer la importancia del amor si no amo? ¿De qué sirve la ciencia absoluta de la virtud si no la quiero? ¿De qué sirve el espejo del ser mismo si no soy? Loada voluntad que con tus actos nos liberas de la desesperación del entendimiento...
Se insta a la inteligencia, al mejor estilo del error socrático acerca del pecado, a conocer el bien y al mal, pero ¿de qué sirve aprender a conocerlo sin aprender a quererlo? Los problemas del mundo no son éticos, son estéticos: ¡hay el gozo que encontraríamos volviendo a Epicuro!
De Sócrates, Epicuro, San Agustín, Ockham, Kierkegaard, Nietzsche, Chesterton ¿por qué no los han escuchado los intelectuales? La razón es simple, la verdad, la autenticidad permitiría conocer el engaño de la academia, al pavo real, al inepto diplomado (como yo), al ignorante que se oculta tras el velo del no-ser. ¿Qué pasaría si supieran que utilizan el conocimiento como arma para ocultar su desesperación? La academia posee un exceso de infinito y de necesario, dos modalidades de desesperación -para Kierkegaard- que se olvidan del acto, el exceso de necesario es la causa del moralismo, el de infinito de la carreta. Pero ¿acaso no estamos en el finito? ¿Acaso nuestro actuar no debe ser posible? Muchos podríamos echar carreta del imperativo categórico de visitar a Plutón una vez en la vida pero ¿qué sentido tiene si la voluntad no lo alcanza? ¡Desesperación! ¡Discordancia!
Placer, dolor: INCENTIVOS. El bien y el mal no son más que placer y dolor, el problema es que no somos prudentes en su búsqueda: ¡no propongo el utilitarismo vicio de intelectuales que me intenta reemplazar en lo que quiero! Propongo volver a conocer lo que nos mueve para lograr con fuerza el ser.
La voluntad es auténtica, no es retórica, se basa en el hecho y no en el discurso. La voluntad es poema, fuerza, capacidad, "voluntad de poder". ¿Acaso la mente nos lleva a la cueva de Zarathustra? Un mapa podrá ser cualquier cosa menos el entorno que representa, por eso es falso, porque dice para otro, pero de sí nada...
No desprecio la inteligencia, también tengo el vicio del intelectual, ésta es necesaria pero para fijar, querer, amar, mejor...La inteligencia es la sierva de la voluntad, sierva útil, pero sierva al fin y al cabo.
Hemos llamado bueno al que carece de acto y posee discurso. Pero ¿es el niño bueno que no actúa bueno realmente? ¿Cómo podemos ser sin actuar? Nada soy porque nada he actuado, peor es que ser malo es no ser ni bueno ni malo... o lo que llaman "niño bueno". "Te creo capaz del mayor mal, por eso, espero de ti el bien" dice Nietzsche poniéndolo en boca del maestro Zarathustra. La voluntad nos mueve entre dos caminos, como diría Fernando González, y entre más nos movamos, mayor es nuestra voluntad. Sin la voluntad no podríamos odiar, pero ¿podríamos amar? ¿Podríamos sentir la belleza del pelo de la amada rozando suavemente nuestra piel? ¡Esa es la prueba de Dios! ¡Es la sexta vía de su existencia! La posibilidad del mal y del odio es prueba de su opuesto: EL AMOR. Si no pudiéramos odiar ¿podríamos amar? El que quiera moverse por imperativos como un computador... bienvenido, pero su bien solamente es fecundo en el amor y el amor es VOLUNTAD.
La voluntad es pasión en literatura, incentivo en economía, belleza para el artista y EL MOTIVO DEL AMANTE. ¿Podría Antioquia haber progresado sin voluntad? ¿Podrían los amantes fundirse en cuerpo y alma sin voluntad? ¿Habría amistad sin voluntad? Cosas que no tengo: por carente de voluntad.
¿Qué seríamos sin voluntad? Sin voluntad, ignoren este elogio, esta pasión, esta poesía, irónicamente no podrían hacerlo pues carecerían de voluntad... Ser es acto, acto es voluntad... Autenticidad, felicidad y amor dependen de la voluntad... La voluntad es la flor que se eleva al cielo como tributo al ser...
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