Estuve mirando mis escritos viejos: NADA PUBLICABLE. Pero no sé por qué el deseo me lleva a escribir. No tengo ideas, no he estudiado, no he pensado. Solamente he pasado el día dando vueltas alrededor de las sorpresas que produce el internet; mercadeo de la información, podríamos llamarle a lo que he hecho. Pero, alguna razón tienen en que las cosas del mundo dejan pocas reflexiones filosóficas... o quizás bastantes... pero lo que es claro es que no surgen en el momento.
Cuando cansado me puse a revisar los poemas viejos pensé en ese anhelo de amor profundo y fiel que quisiera tener. ¿Escribir algo? ¿Un poema? La profundidad del sufrimiento ocasionado por la muerte de una persona tan querida quizás no me dejaría... a menos que contemplase tal mujer...
Y ¿qué mejor contemplación que una flor viva? Tal vez a mi amada contemplaría como esta orquídea, quizás una metáfora de lo que quisiera amar. De un cálido amarillo producto de su alegría permanente, dispuesta a abrirse de una manera no lineal, una alegría para todos pero no igual a lo que todos creen que es alegría; no euforia, sino felicidad compartida. Un centro morado y alegre, una ternura y una pasión, también propias: un amor a la maternidad y una belleza femenina sin igual. ¿Por qué es tan difícil encontrar una orquídea amarilla? Es la primera vez que veía una Catlleya amarilla a pesar de las muchas que tiene P. ¿Será muy escasa? ¿Tendría el orquideorama del jardín botánico algo "muy" escaso? Pues parece que son algo escasas...
Su entorno verde e iluminado, refleja la naturalidad propia de mi anhelo. Así como la foto naturalmente me embellece, yo descubro cada esquina estética de la misma. ¡Naturalmente bella! ¡Bella entre lo natural! ¿No es el mejor ambiente para amar?
Una flor hermosa, una mujer hermosa: ¿será necesario sacar el factor común? Pero, algo requiere tal belleza, no soporta cualquier pobreza... ILUMINADA HA DE ESTAR. Alejandro Magno le dijo a Diógenes (1) que le daría lo que éste le pidiera a aquel: "Quítate para que me dejes ver el sol". ¿No pediría esta flor lo mismo que Diógenes ante el espectador? ¿Sería igual de bella sin luz?
Te contemplo hermosa flor, como contemplaría a mi amada... porque compartes con ella la belleza, en ambas participada...
¿Conoces uno de los poemas más famosos de Juan Ramón Jiménez, y a la vez el más corto?
ResponderBorrarSe titula, precisamente, y es mucho decir, EL POEMA. Es genial, genial, genial.
EL POEMA
¡No le toques ya más,
que así es la rosa!