El 25 de Marzo se celebra el día del niño por nacer. Debería ser un momento alegre dado lo que significa un embarazo independientemente de la condición en la que se presente. Debería ser una fecha de alegría por recordar el acontecimiento biológico de la concepción que -ateos o creyentes- no deja de ser una situación sorprendente que de dos células surja un nuevo individuo. ¿No es natural que las especies se protejan? ¿No debemos ser solidarios con nuestra especie, con nuestros vecinos, prójimo, hermanos o simplemente el otro?
Pero, desgraciadamente no lo es... No lo es por las lágrimas que me produce cada niño que muere en el vientre de una madre, víctima de la inseguridad que propicia la sociedad actual y un negocio perverso que viene tras él. Engañan a una persona para destruir dos vidas. Engañan a la madre diciéndole que no se justifica vivir ¿desde cuándo la vida ha sido fácil o sin sufrimiento? La engañan con argumentos falsos de protección y luego dejan a la madre en la soledad más profunda de sentimientos más dolorosos. ¿Acaso un niño con síndrome de Down es una tristeza? ¿Acaso no tenemos la suficiente tecnología para brindar la salud durante el embarazo? ¿Acaso podemos culpar al inocente embrión de la concepción en el evento de una violación?
Aunque los argumentos que esgrimo siempre son de carácter racional hoy quiero confesar mi tristeza. Cada vida que muere en el vientre, cada madre víctima del engaño, es para mí un dolor y una tristeza profunda. La simple conducta desgarradora de oprimir al más inocente de los inocentes, destrozarlo, despedazarlo, arrancarlo de su cuna natural para lucrar un negocio es la más triste de las injusticias. La injusticia es superior al genocidio, a las guerras, al asesinato premeditado (donde la víctima puede defenderse), a la violación misma.
"Qué delito cometí contra vosotros naciendo, aunque si nací ya entiendo qué delito he cometido...". No culpo a las madres que abortan, ellas son víctimas del negocio, son forzadas contra su voluntad y tienen que pagar el dolor de un síndrome que supera la locura misma. Son culpables y perversos los ministros, jueces, políticos, ONGs, y ante todo los negocios abortistas. Ellos engañan, pero mientras dicen defender un "derecho" (a matar) se encuentran pensando en la distribución de su negocio, hasta el punto de robarlo de las arcas de la seguridad social y mancharnos a todos de este crimen.
La tristeza sin embargo nos enseña algo: ¡Volver a la madre! Hombre sé valiente y responsable, honesto y respetuoso. Mujer sé valiente, defiende el hijo en tu vientre. Hay que generar una actitud de protección a la mujer, apoyarla en la familia, curarla en caso de violación, sostenerla en caso de pobreza, darle valentía para una posible adopción. No es una protección cargas a costa del estado ineficiente, corrupto y asesino de bebés, se requieren respuestas de la comunidad ante una situación generación de fundaciones, labores, protección en el trabajo, apoyo psicológico, compromiso masculino (creo que en este mundo faltan hombres). La tristeza nos enseña la sanación de la madre que aborta, que puede comprender y perdonarse, en parte por ser víctima del engaño... ¡Mujer sé valiente, enfrenta tu pena y vuelve a la vida!
Conozco a alguien que pudo haber sido abortado, que sus padres lo pensaron. Cualquiera de nosotros pudo haber muerto ahí. Pero de la persona a la que me refiero no sirven las palabras para describir su bondad, su nobleza, su inteligencia, su servicio. Siento un dolor profundo de pensar que esa persona no existiría con todo lo que me ha enseñado de la vida con su gran sabiduría. Pero hubo unos padres valientes que siguieron a pesar de todo con la vida de ese bebé, eso es lo que vale, no lo que pensaron sino lo que hicieron: ¡les agradezco enormemente!. ¡Ojalá se salvaran muchas personas como ese bebé, no saben lo que mejoraría el mundo!
Es muy grande el dolor de madres y vidas-soluciones perdidas. Pero en el infinito amor de Dios y de la Virgen María lloveran las soluciones. Solamente deseo una cosa con este escrito: ¡una vida salvada valdrá todo este dolor! Valdrá también la decisión dura, dolorosa y compleja de haber definitivamente aceptado continuar con la mía...
¡Bien por esta! Por la reflexión y la honestidad y sinceridad con que están escritas tus palabras. Bien por el ánimo a las mujeres y la visión positiva de la vida.
ResponderBorrar¡Bien! Porque eso es lo que necesitamos ahora, sobre todo hoy. Comparto profundamente tu tristeza (hace poco leí una cosa que escribí en mayo del 2005, que esta llena de desconcierto), pero principalmente me uno a tu esperanza. Sin esa esperanza se caerían absolutamente todos los principios, las creencias, los anhelos de vivir.
¡Feliz día para ti! (Y para tus padres)
Muy buena la reflexion
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