jueves, 29 de julio de 2010

LECCIONES PARA ERRADICAR LA POBREZA. Primera Lección.




PRIMERA LECCIÓN: EL GRITO DEL MINERO: ¿JUSTICIA SOCIAL O AMOR SOCIAL? Socorriendo necesidades humanas.

En el post anterior, In Memorian prometí escribir estos temas gracias a las enseñanzas de mi tía, que para el caso la llamaré N. Básicamente quiero tomar algunos detalles de su vida y con base en ellos reflexionar sobre criterios de economía, política, demografía, derecho y justicia. Aunque no es una vida usual de un filósofo, creo que amar su vida, equivale a amar la sabiduría. Pues aunque inteligente fue práctica y de esa práctica conoceremos muchos criterios para conocer y erradicar el dolor de la pobreza económica.


CONTEXTUALIZACIÓN

La biografía de N. nos enseña muchas cosas desde que estudió medicina. De niña no recuerdo muchas, tal vez, una vez que N. y su hermana fueron a dormir donde una empleada en Santa Bárbara que vivía en una piecita con una cama, el piso de arriba era de madera y al barrer caía el polvo. Eso sin contar las ratas que entraban y salían del lugar… como la canción de Gildardo Montoya "las ratas duermen en mi casa y comen al frente".

Al estudiar medicina por cuestiones vitales bastante curiosas, tal vez por querer hacer un poco más que nada, entra en un periodo donde empieza a conocerse a sí misma. Y en el año rural en Amagá, bastante difícil, se sumerge por primera vez en la cuestión social… aquellos que necesitan, pero sin poder satisfacer las necesidades.

Ahí conoció aquella cuestión que el bobo de Marx creía haber resuelto sin hacer nada, pero que personas como Tomás de Aquino y San Ambrosio ya habían descubierto, explicado y desarrollado. Ella no lo solucionó a lo Marx: ¡tenemos derecho a hospitales! Hubiera sido comprensible que de su vivencia saliera ese grito que hasta tiene sentido constitucional. Un grito comprensible, pero totalmente inútil.

N. era bastante pro-activa, no protestaba y le preocupada el resentimiento por eso comprendió la pobreza: sabía su limitación para actuar, pero que podía hacerlo. Creo que su vida, sin echar mucha carreta coincide con el pensamiento Tomista, la Doctrina Social de la Iglesia, algo del distributismo de Chesterton, creo que con cierta valoración del "estado de bienestar". Y ¿qué importan las ideologías cuando amamos? Nada… son pura carreta y N. se habría quejado de lo poco pro-activas y que algunas, actuando como representaciones sociales, generan un resentimiento que agudiza el problema…

En Amagá conoció sus limitaciones como médico, pero también sus posibilidades y las necesidades de los demás… Por eso buscó SOCORRERLAS.


AMAGÁ… CIUDAD MINERA.

Dudo que alguien estudie medicina si no es para salvar vidas, aunque a veces sea una ciencia bastante inexacta y un arte bastante rudimentario donde hace dos siglos por una gripa lo desangraban a uno, la intención de fondo de todo médico es salvar vidas. El mismo juramento hipocrático nos lo recuerda: "A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción…" (Wikipedia, 2010) Por eso N. estudió medicina. Iba a estudiar veterinaria por su amor a los animales pero le dolía mucho tener que sacrificar algunos cuando no se podía hacer nada. Por eso estudió medicina. Una cabeza brillante en química, humanidades, economía, decidió entrar a comprender la realidad humana del dolor físico. Me atrevería a afirmar que fue una de las mentes más brillantes que en su momento estudiaron en el CES.

Llegó el momento del denominado "año rural": Amagá región minera del Departamento de Antioquia que muchos recordarán por el triste evento de la mina San Fernando ocurrido el 16 de Junio de 2010. Creo que no empezó en una región fácil –y yo que me quejaba de haber tenido el consultorio en Zipaquirá- con seguridad la actividad minera por sus riesgos generaba bastantes accidentes, aunque desconozco la regulación laboral en materia de riesgos profesionales de la década de los 80's en materia de riesgos, dudo mucho que sirviera. Además, no creo que esa situación de estar metido en un espacio cerrado, con luz artificial, con la posibilidad de un accidente y casi sin poder respirar toda esa jornada de trabajo sea para que uno salga a la calle a sonreír. ¿Alguien se ha leído "La Rebelión de las Ratas"? Deprímase (no lo digo por malo, sino porque entristece) leyéndolo y me entenderá…



Minero. Cortesía Wikipedia
Quizás ese elevado nivel de accidentes más la condición de los trabajadores mineros que por más humana, y ajustada a las normas de Salud Ocupacional, que sea no deja de dejarlo a uno con mal genio. Sume pacientes permanentes y de mal genio: una bonita práctica. En alguna ocasión el nivel de pacientes fue tan elevado que N. tomó una decisión: ¡no se reparten más fichos! Quizás esta es nuestra primera lección: LA SOLUCIÓN A LA POBREZA ESTÁ EN PARTE EN NUESTRAS MANOS, PERO LA MAYORÍA SE SALE. Al fin y al cabo, hay muchos momentos donde el "no puedo" se debe a nuestra limitada capacidad: NUESTRA POBREZA Y DEBILIDAD. Hasta sus últimos días ella quiso hacer lo que pudo, pero tuvo sus límites. Comprendiendo su pobreza, entendió la de los demás. ¿La llevó esto a la justicia social?


EL ECO DE LA MINA.

"¿No más fichos?" Grita un minero con voz fuerte, el eco retumba como al interior de una mina y caen rocas. Su figura grande y musculosa frente a una mujer delgada de alrededor de 1.62 metros podría asustar, no sé si realmente lo hizo pero ella se le enfrentó. El minero amenazó con demandarla pero ¿alguien está obligado a lo imposible? Nadie…

No recuerdo al fin el resultado de aquel diferendo jurídico, una persona que quiere pero no puede ayudar frente a alguna que necesitaba ayuda pero era imposible ayudar en aquel momento. ¿No será aquello a lo que se refieren cuando se habla de justicia social? Una cabeza brillante sostiene que la "justicia social" es un concepto netamente académico y que realmente no existe -non multiplicanda ente sine necesítate-, quizás tenga razón… Pero, es claro que aunque no se puede atender a alguien, la situación no es deseable y en una comunidad eso no debería suceder.

¿La insatisfacción de necesidades en la pobreza se refiere a la "injusticia social" o hay algo más allá? La mula filosofística y su padre, contrariando a la cabeza brillante y siguiendo una línea Tomista dan indicios de la justicia social cuando tratan el tema del estado de necesidad. El estado de necesidad es una circunstancia jurídica, que en derecho penal exonera de responsabilidad, que consiste en que el sujeto, por alguna situación externa y ajena a su voluntad, no puede satisfacer una necesidad, y –en tal situación- puede acudir a conductas como el hurto para satisfacerlas. ¿Robar comida por hambre es un delito? No, es un derecho, aunque de superarse el estado fuente de su derecho deberá restituir algo a cambio (idea personal discutible). ¿Por qué no es un delito? Veamos lo que dice Francisco Herrera:
"En el estado de necesidad el hombre tiene unos derechos subsiguientes del derecho a la vida, pues estos derechos los tiene para conservar su vida y así cumplir con su deber. Por ejemplo, quien en estado de necesidad quita a otro un bien, para alimentarse, no se dice que ha hurtado, pues simplemente está tomando lo que es suyo. Santo Tomás explica así este punto: 'En caso de necesidad todas las cosas son comunes; y, por lo tanto, no constituye pecado el que uno tome una cosa de otro, porque la necesidad la hace común… lo que es de derecho humano no puede derogar el derecho natural o el derecho divino. Ahora bien, según el orden natural instituido por la Divina Providencia, las cosas inferiores están ordenadas a la satisfacción de las necesidades de los hombres. Por consiguiente su división y apropiación que procede del derecho humano, no ha de impedir que esas cosas atiendan la necesidad del hombre. Por esta razón los bienes superfluos que algunas personas poseen son debidos por derecho natural al sostenimiento de los pobres; por lo cual San Ambrosio –y el decreto lo consigna también- dice: 'de los hambrientos es el pan que tú tienes; de los desnudos, las ropas que tú almacenas; y es la redención y liberación de los desgraciados el dinero que tú escondes en la tierra'" (HERRERA JARAMILLO, 1996, Pág 210) (Subrayado fuera del texto)
¿JUSTICIA O CARIDAD ECONÓMICA?

POBREZA SEPIA
Pobreza en Sepia.
Fotografía Personal
del autor.


N. sabía muy bien este principio de la atención de las necesidades humanas y la justicia. Alguna vez conversando me contó que le había regalado parte de su nevera a una familia que pasaba cerca a su residencia y que esperaba que volviera a pasar. Yo le dije "Tía, muy generosa tú" a lo que ella con toda razón contestó: "Eso no es generosidad, eso es justicia". Tendría yo si acaso 12 o 13 años y esa sentencia, esa frase simple se quedó grabada en mi memoria como el grito del minero. La justicia en el uso de los bienes exige una sobriedad como recuerdan Ambrosio y Tomás de Aquino, es así como la satisfacción de necesidades como fin de la economía, exige que usemos las cosas porque como lo recuerda la cabeza brillante: "el no uso de una cosa es un abuso". Es así como la cabeza brillante textualmente afirma: "El no uso del bien termina extinguiendo el derecho y radicándolo en quien sí lo usa, esto es, en quien sí necesita el respectivo bien."(GARCÍA-MUÑOZ, 2001. Pág. 13).

Sobre el tema mi abuela paterna (N. era tía materna) creció en una familia de mucha plata y no tenía más de dos o tres pares de zapatos, y si no se necesitaban los regalaba. Quizás N. se estaba guiando por el mismo criterio de mi abuela paterna o de la cabeza brillante, o quizás estaba superando esa justicia convirtiéndola en amor: CREO QUE EL CRITERIO ERA SI LE SOBRABA ERA JUSTICIA, DE LO CONTRARIO CARIDAD. El 20 de Octubre de 2006 le oí decir a Julio Roberto Gómez Esguerra, Secretario General de la CGT: "solidaridad no es dar de lo que a uno le sobra sino de lo que uno tiene" (Universidad de la Sabana. Asociación Internacional de Relaciones de Trabajo., 2006). Si lo que sobra es lo que no se usa, acudiendo al criterio recogido por la cabeza brillante, dar de lo que sobra no es solidaridad o generosidad sino justicia.

Volvamos al caso del minero de Amagá. El problema jurídico es bastante interesante: en derecho N. aunque quisiera no tenía obligación por la imposibilidad, pero la situación no era deseable y podría decirse, coloquialmente hablando, "injusta". El grito del minero creo que puso a N. en esa situación "no puedo" pero "se necesita" ¿qué hago? Francisco Herrera, también fallecido como ella, le hubiera contestado, citando a Tomás de Aquino, lo siguiente: 
"Más puesto que son muchos los indigentes y no se puede socorrer a todos con la misma cosa –efectivamente un banano no calma el hambre de toda la humanidad- se deja al arbitrio de cada uno la distribución de las cosas propias para socorrer a los que padecen necesidad. (HERRERA JARAMILLO, 1996. Págs. 210-211".
N. sabía perfectamente la incapacidad de socorrer a todos, de lo contrario no habría ejercido libremente aquello que el sentido común le exigía: "N. no repartás más fichos que ni vos ni el médico pueden". Esto nos recuerda una escena de la película Pearl Harbour donde el médico le dice a la enfermera: "solamente deje entrar a los que se puedan salvar". Es así como N. piensa, no puedo socorrerlos a todos, pero ¿no puedo socorrer? Su afán por socorrer la llevó a muchas acciones que –independientemente de su contenido moral y su comprensión en el momento- eran buscando salvar y distribuir bien lo que podía dar como médico. Era un desespero vocacional marcado en su nombre: SOCORRO. A temprana edad comprendió lo que se le pedía: hay necesidades que no se pueden satisfacer, hay que hacer lo que se pueda para socorrerlas. Esa fue su vocación: ¿no es suficiente seguir la vocación para que haya caridad social o "justicia social" como se le denomina?

"JUSTICIA SOCIAL": ¿Cuándo es derecho?


Para volver al problema de la justicia social ya tenemos un primer punto: ¡está en el arbitrio de quienes tenemos excedente apoyar a los que no tienen! Pero ¿en algún momento esa "teórica" justicia social puede convertirse en verdadera justicia? Para ello es necesario volver a Herrera Jaramillo quien continúa recordando las frases del filósofo italiano:
"Sin embargo, si la necesidad es tan evidente y urgente que resulte manifiesta la precisión de socorrer la inminente necesidad con aquello que se tenga, como cuando amenaza peligro a la persona y no puede ser socorrida de otro modo, entonces puede cualquiera lícitamente satisfacer sus necesidades con las cosas ajenas, sustrayéndolas ya manifiesta, ya ocultamente. Y esto no tiene razón de hurto ni de rapiña". (HERRERA JARAMILLO, 1996. Pág. 211)
¿Esperaría N. a que alguien acudiera a esta vía? Lo dudo. Además, poco le gustaban las limitaciones que ponían los abogados, y podía arriesgarse a perder un empleo así no diera gusto a las pretensiones de una defensa a una institución. No le dio gusto a la institución donde trabajaba, en un testimonio, con el riesgo de que la echaran, solamente porque sabía que la institución sí era responsable. Además a N. le parecían bastante limitantes. Por eso, no esperó a que alguien la atracara para comer, procuró que cada niño cerca a ella comiera… No los alimentó a todos, pero sí a los que podía, debía y quería atender. "Gordito, me dio un pesar vi un niño que me necesitaba pero no lo pude atender"(no me da pena el gordito y póngale acento paisa a la frase porque ella era muy paisa) me diría en mis primeros años de Universidad que coincidieron con su periodo de trabajo en proyectos del BID en la Alcaldía de Medellín.

No esperaba a que un pobre hombre víctima de las torturas y violencia de este país, alguien que se alcoholizó, golpiara a su esposa a quien llamaremos A. gran amiga de la tía. Podía meterse con su esposo P. por caminos descubiertos, para ayudarle a la joven pareja.

RESUMIENDO LA LECCIÓN

En resumen con varias de sus conductas biográficas y con su soporte bibliográfico tenemos varios puntos de la lección:
  • La satisfacción de necesidades humanas supera lo jurídico, aunque pueda llegar a ser tan grave que pueda ser jurídica ¿hay que esperar el robo de comida? 
  • Está a nuestro arbitrio y vocación socorrer a aquellos que necesitan socorro, pero tenemos que hacer algo.
  • Nuestra posibilidad de socorro es limitada ¿no es esa la pobreza? ¿Qué tal si todos socorriéramos cuando pudiéramos? ¿Habría pobreza? Dice la cabeza brillante "los problemas del mundo se acabarían si cada cual hiciese lo que tuviera que hacer", N. le añadiría aquellos se acabarían cuando socorriéramos a aquellos que pudiéramos socorrer.

Bibliografía


  • GARCÍA-MUÑOZ, J. A. (2001). Derecho Económico de los Contratos. Bogotá: Ediciones Librería del Profesional.
  • HERRERA JARAMILLO, F. J. (1996). Filosofía del Derecho. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.
  • Universidad de la Sabana. Asociación Internacional de Relaciones de Trabajo. (19-20 de 10 de 2006). Jornada Sobre Migraciones Laborales. Chía, Cundinamarca, Colombia.
  • Wikipedia. (29 de 07 de 2010). Wikipeda. Recuperado el 29 de 07 de 2010, de Juramento Hipocrático: http://es.wikipedia.org/wiki/Juramento_Hipocr%C3%A1tico

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