La verdad ando trabajando en un proyecto de investigación para proponer un programa de "Educación para el Trabajo". Pensará usted que me estoy deprimiendo haciendo cosas curriculares, pero la verdad, como se tocan más temas económicos, de análisis de mercado, de investigación es bastante agradable. Además, la educación para el trabajo me hace pensar en que hay que ayudarle a la gente a que encuentre su ser, no enseñarle a ser empleado. Adicionalmente me sirve un poco para conocer y tener más elementos de crítica a la hora de conocer la educación. He aprendido cosas bastante curiosas en esta investigación, que me servirían para ayudar a las universidades a "certificarse" pero que para mí...
La verdad cuando pretenda criticarme [mi conciencia lo hizo primero] no le negaré que la burocracia de la educación es francamente deprimente y eso sin contar con que, los trabajadores cuentan con jornada máxima legal, pero si uno estudia en un colegio le prohiben vivir desde los 7 años ¿Qué hace un niño 8 horas en un colegio y adicionalmente le toca llegar a la casa a hacer tareas? Chesterton sostiene que algún día la palabra "educación" será tan vieja como la palabra dogma ¿no es eso lo que pretende decir la foto, que la educación es el "dogma" moderno?
Pues en el transcurso de la investigación me encontré con esta "maravillosa" foto. Pensé recortarla para no dejar a mi prójimo en sus vergüenzas, pero perdía gran parte del mensaje. Esta imagen es bastante auténtica, es decir, muestra lo asquerosa que es en verdad la educación -al menos a nivel colegial-. La educación pretende que hay un sujeto activo -el sistema educativo- y un sujeto pasivo (si fuera activo lo castigan) a quien le meten una idea en la cabeza. Los profesores, según la imagen, son obreros [prostituidos] cuyos martillos no son más que las interminables planas y repetición de ideas que construyen paradigmas en el cerebro y con ello piensan que "la educación lo transforma todo". La verdad de esa imagen solamente pienso que la niña pone esa cara del dolor de cabeza tan berraco que genera que le martillen a uno ideas en la cabeza... de hecho nótese cómo aprieta los dientes en señal de ansiedad, entre la sonrisa fingida producto de la vanidad que pretenden enseñarle.
Todo el mundo oía hablar a Antanas Mockus con su poética campaña de repartir lápices y se le asociaba como un defensor de la paz. Aunque no estoy de acuerdo con la guerra de ataque propia de la política Uribe-Santos, pero, me toca ser absolutamente sincero al sostener que la propuesta de Mockus era más violenta. Santos y Uribe pretendían dominar algo que es posible, actuar mediante la fuerza, pero ellos, no se metían en la cabeza del delincuente quien puede seguir pensando sus locuras (al menos allí es libre). Mockus por su parte, repartía lápices, pero no para hacer pensar, sino para difundir de manera más efectiva la ideología estatal (y la ideología de género) mediante la educación. En el absolutismo educativo de Mockus el criminal ya no solamente es el guerrillero que pretende acabar con el régimen por las armas, sino el niño que no repite la plana que el profesor le ordena: "los profesores NUNCA se equivocan" (en "mi" colegio pusieron una frase así).
La verdad, adelanto parte de lo que me preocupa en el proyecto y es la ineficacia de la Educación para el Trabajo de resolver los problemas de empleo. La verdad no es que la educación sea mala, lo malo son los colegios lo que en la jerga de la educación abarca la educación básica, la secundaria y la media. Sin embargo, creo que compartir las experiencias que han hecho más sabios a otros es un deber de solidaridad y también una necesidad de las personas, unas en mayor cantidad que otras. Pero de ahí a considerar que tenemos que grabar en la mente las ideas del profesor es una ABERRACIÓN, IMPOSICIÓN...
¿Es que acaso los profesores no se equivocan? Por eso, una educación así nos arriesga no solamente a la castración intelectual, sino a que nuestros errores se vuelvan DOGMAS.
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