jueves, 9 de julio de 2009

EL ABSURDUM. TRES “CORTOS” CARRETAZOS SIN SENTIDO CONDUCTOR


REFLEXIONES INICIALES: chispa sensible inicial.

¡ME DUELE EL SER HUMANO! ¿Por qué? ¡Por injusto! Por asesino. Un sistema, una estupidez, una lógica que nos lleva al revés… Seres humanos sin justicia comunitaria, a nadie le importa el otro. Únicamente ese estúpido individualismo nos gobierna. Un individualismo que considera que la humanidad es mirarse en un espejo: vanidad. Quizás sea eso…

Pero, paradójicamente, y descubriendo que todo es un adsurdum, ironías y paradojas… Tenemos la paradoja más hermosa de todas: un Dios lleno de misericordia, lleno de amor, que entrega a su hijo para que muera por nosotros… o al menos, para ser lo suficientemente neutral un Dios que no nos ha querido acabar, que no comparte esa “política” de auto-exterminio que si posee el ser humano. Tenemos un Dios que es más comprensivo aun que nosotros mismos. Un Dios… Ese maravilloso Ser que no solamente nos perdona, genocidios, torturas, desapariciones, holocaustos, abortos, asesinatos sin razones, bombas atómicas desatadas sin pasiones. Un Dios que perdona la exagerada cordura humana.

“Recuerda Judío que si Justicia hubiera no existiría ninguno de nosotros.” Algo que nos intorroga Shakespere en una preciosa frase en el Mercader de Venecia. Quizás Dios piense-siente así, si hubiera justicia, nos acabaría. Iustitia et caritas quizás eso sea Dios… ¿Qué justicia tan extraña, tan paradójica? Una justicia incomprensible para nuestras mentes lineales. Es tan paradójico que en el absurdo del hombre, en esa ironía de matar con razones, encuentro más la grandeza de un Dios. Es por eso que hay que superar esa lógica lineal para encontrar a Dios… superar esa lógica camino a las paradojas sensibles.

Curiosamente pensando acerca de la paradoja divina, encuentro algo que me sorprende: SI EL HOMBRE NO FUERA TAN MALO, SERÍA MUCHO MÁS DIFÍCIL COMPRENDER LA GRANDEZA DE DIOS. Me dirán algunos “ese Dios no existe, si existiera no permitiría la maldad del mundo”… una objeción demasiado cuerda, pero le falta un poquito de locura. A esa objeción le preguntaría yo: “¿si el hombre es tan malo, por qué sigue existiendo?” Porque al menos tiene que haber un Dios que respeta la libertad humana y a la vez impida que el mundo se acabe. ¡Busquemos locamente el amor a Dios! De ese SER que no acaba con nosotros, porque no piensa como nosotros, y si uno cree en Jesucristo –como es mi caso personal-, un DIOS que además dio la vida por nuestra culpa.

Tenemos una terrible cordura sin compasión… es que uno tiene que estar muy cuerdo para sentarse a torturar. Tiene uno que tener únicamente razonamiento para torturar a una persona durante horas, esa mente racionalizadora que no es capaz siquiera de sentir un poco el dolor del otro… Los psicólogos son unos mentirosos, los psicópatas no están locos, tienen una cordura que es el culmen de la enfermedad mental que padece el mundo occidental. Un ser humano sin sentimientos es capaz de torturar, de desaparecer personas sin razón y afirmar “aquí huele a carne nueva”. Para matar con sevicia, es decir, exagerando el sufrimiento de las víctimas se tiene que ser demasiado racional, tiene que existir una lógica tan arraigada que haya anulado el corazón. Para jugar fútbol con las cabezas de unos muertos, después de haber arrasado sin razón, o quizás con razón, un pueblo, tiene que existir una cordura fatal…

ORIGEN DE LA CORDURA: NEGACIÓN DEL ABSURDO.

Pero ¿cómo llegamos hasta semejante nivel de la tragedia humana? ¿Por qué caímos en una condición de extrema cordura?

Tenemos un mundo lleno de razón que no reconoce su ironía, un mundo lleno de seres humanos que lo que decimos con nuestras palabras lo contradecimos con nuestras obras. Pero, para mantener eso, el ser humano necesita controlar. El control es aquella tendencia racionalizadora que consiste en querer organizar el mundo de tal forma que el ser humano imponga su voluntad. En términos sociales el control se manifiesta en el poder. El control es uno de los efectos de la debilidad mal manejada, esa debilidad que como lo he manifestado en escritos anteriores nos hace a los seres humanos centrar nuestra atención a cosas externas, cosas externas que supuestamente nos dan fortaleza, pero que, no son buenas en sí mismas y además nos hacen comparar y al comparar competimos. Esa debilidad que el ser humano no quiere reconocer, lo lleva a competir y encuentra que cuando gana no se siente débil, pero la debilidad subsiste. Al subsistir la debilidad, el deseo de fortaleza queda insatisfecho y por lo tanto continuamos compitiendo sin solucionar el problema que tanto nos atormenta; un problema donde muchos nos quieren vender la solución. El deseo de competencia es un deseo no natural-esto lo digo así me eche a Darwin y sus seguidores encima- es un deseo que no se satisface sino que persiste el calmante a la vergüenza de nuestra debilidad. Sentimos vergüenza frente a nuestra condición débil y buscamos una manera de calmarla.

Intentos vanos de explicación… ideas que a nada nos llevan. La competencia se relaciona con el control en tanto, no podemos competir sin controlar. Gracias a esa competencia caemos inevitablemente en la ironía, nos decimos fuertes pero permanecemos débiles. Esa es la condición irónica. Sin embargo, la condición irónica nos avergüenza mucho más inclusive que la condición de debilidad. Es por eso que el control humano y sus ideas racionalizadoras siempre son buscando ocultarnos esa condición. Así, primero que todo, desvinculamos epistemológicamente el concepto de verdad con el de autenticidad, es decir, la verdad se convirtió en lo que está en el cerebro, no en una conducta humana. Luego nos inventamos el empirismo que con sus razonamientos inductivos-descriptivos busca patrones comunes en la humanidad, patrones cierto ellos derivados de la competencia, para comprendernos, comprendernos sin valorar. Esos patrones los trasladamos a las demás criaturas y llegó un grandioso genio como Darwin que “descubrió” la selección natural. Qué genialidad la de Darwin, era el máximo de todos, fue la persona que fue capaz de humanizar a los animales…definitivamente se tiene que ser un genio demasiado cuerdo para desearles cosas tan malas a esas pobres criaturas. Después vienen las tendencias racionalizadoras, es decir, el ser humano busca controlarlo todo y para eso su afán externo de manejar la naturaleza, tener dominado un pueblo, su afán de tenerlo todo controlado, controlar la producción y a los trabajadores –y después controlaron para evitar una revolución-. La historia de la humanidad consiste en controlar para ocultar la ironía. El motor de la historia no es la lucha de las clases sociales, es la lucha por ocultar la debilidad y la ironía. La historia es irónicamente una lucha… ¡me duele que en la historia hayan sido más los años de guerra que los de paz!

El exagerado control se vio reflejado en las ciencias. Las ciencias llevaron como consecuencia de la competencia, una fragmentación de las mismas, las ciencias se dividieron y además llenaron al ser humano de paradigmas… esa división científica, trajo consigo una ironía-paradójica que consistió en unificar un método, un asqueroso método… ¿si la realidad es tan distinta por qué la vemos con las mismas gafas? Porque queríamos controlar, porque el ser humano busca evitar que la ciencia se salga de su control para mostrarle la ironía. Buscamos controlar las ciencias, divididas… para que el ser humano no alcance la verdad. Con un único método... para masificarlas, restringirlas. Mantener el método de la hipótesis-sustentación, simplemente reduce la ciencia a un conjunto de categorías sin sentido que acaban por convertir el conocimiento en un procedimiento. Un procedimiento ajeno a la verdad, simplemente la sociedad acabó controlando las ciencias para que ellas no pudiesen descubrir la ironía. Si controlamos y mantenemos una lógica lineal será imposible encontrar dualidades en la realidad.

Además fue tal el nivel de centrarse en lo externo que, por pensar en sí mismo, el ser humano se olvidó de sí mismo. Y empezó a crear un mundo por fuera de sí que acabó dominándolo a él. Fueron tales los paradigmas que se creó que estos al alejarlo tanto de la verdad lo acabaron. El ser humano se centró tanto en el progreso, tanto en el método científico, tanto en el consumo, tanto en la guerra, tanto en el Estado… que conceptos totalmente externos a él acabaron dominándolo. Esa dominación le impidió salirse de esos esquemas porque sería caer en la debilidad. Por eso el ser humano se alienó… murió por el Estado, se suicida si no puede consumir, es honorífico morir en la guerra, un escrito solamente vale la pena si tiene citas… LO EXTERNO NOS MATÓ creyendo que nos daría la vida. Para comprender lo que pasó, voy a poner un ejemplo, fue tal la mentira en la que cayó el mundo que lo que antes era un veneno, dejó de serlo y cuando menos pensamos era la causa de la eterna juventud. Fuimos tan irónico que ahora el veneno es causa de la eterna juventud. Como este escrito habla del absurdo –es decir no dice nada- para mantenerlo: es absurdo, pero para manejar bien la debilidad humana, en parte se deben seguir esos paradigmas. De no seguirse esos paradigmas, también caeríamos en la ironía paradójica, porque sería un apartarse total de la colectividad; no puedo ser por el otro, no puedo ser sin el otro ¿cómo ser?

Tales esquemas tan arraigados en el conocimiento llevaron al hombre a una cordura extrema. Cordura que consiste en seguir al pie de la letra los postulados del sistema. Esa cordura terminó por dominar al hombre. El hombre es un prisionero de sí mismo, encarcelado en la celda de su debilidad, sin comprender que su debilidad es su propia llave: la debilidad es el mejor motivo para buscar al SER, para buscar al OTRO, el AMOR. Tanta cordura lo llevó a menospreciar su corazón, sus pasiones, sus sentimientos… porque “no los podemos controlar”. Fue tanto el desconocimiento de esa parte exageradamente suya mas el ocultamiento de su verdadera condición humana, añadiéndole la confusión de ese deseo de superioridad originado en la competencia que se retroalimenta a sí misma (que nos hace creer que dominamos mientras ella nos domina) que el ser humano cayó en la mayor barbarie de todas: el siglo XX. Creímos que nos humanizábamos cuando matábamos: cordura. Es así como la lógica se voltió, y así el ejercicio sofista del sistema es capaz de mostrar lo verdadero como falso y lo falso como verdadero. Y todo por seguir los postulados racionales originados en paradigmas que surgen de categorías totalmente desvinculadas de la realidad… esa es la cordura.

La cordura es la negación del absurdo… para mantener sometida a cada persona en una “little box”. Algunas de esas “little boxes” se sienten esclavas y quieren ser ellas las que dominen, las que controlen… para eso cierran la tapa de la caja y matan otros seres humanos o les hacen cualquier otra “genialidad” de productos de la competencia. Están tan cuerdos que creen que dominan, pero esa idea es la que los domina a ellos.

LA NUEVA LÓGICA.

Me dio por echar mucha carreta pero no he definido ¿qué es el absurdo? Y para que suene más absurdo para los oídos de los lógicos lineales, que sea como el rechinar de una tiza en el tablero… si como ese sonidito que nos recuerda la ignorancia. El absurdo es la nueva lógica…

¿Cómo así? Ya me lloverán todas las falacias sobre esta argumentación… sobre todo en la unidad del escrito… en la continuidad. Pero que me caigan todas, porque al fin y al cabo les doy el derecho de ganarme porque la verdad no me interesa ganar. Ustedes ganan, yo pierdo. ¿Quién se queda con la mejor parte? Ustedes porque soy yo el que pierdo… jajaja. Pero, no pensemos así… unámonos y ambos venceremos: COOPEREMOS. Si ven que hasta en la argumentación hay absurdos… en este caso ironías.

El absurdo es comprender que las cosas están al revés, pero las vemos al derecho. El absurdo comprende: la condición irónica, la solución paradójica y el caos vital. Tres circunstancias que la lógica lineal producto de la victoriosa modernidad desconoce y quiere desconocer.

La condición irónica es la contradicción humana entre el decir y el hacer, entre lo buscado y lo logrado. Lo más absurdo de la condición irónica es que el ser humano no se da cuenta de ella. Un desconocimiento que nunca puede ser resuelto por la lógica lineal que comprende causa-efecto, porque, por un lado ¿qué puede causar que hagamos una cosa y digamos otra? Por lo menos la racionalización moderna no puede comprenderlo. Lo segundo, el problema no es de causalidad sino de efectos contrarios. Es decir, el efecto que tiene la ironía sobre nosotros es totalmente contrario al que nosotros pensamos, algo que no puede entenderse linealmente, porque los sentidos están parcializados por una razón que no busca autentificarse. Lo anterior porque no estamos abiertos a sentir. Por otra parte, la fragmentación y parcelación del conocimiento impide encontrar interrelaciones entre planos diferentes. Por eso, la condición irónica puede ser entendida por el pensamiento analógico clásico, y por el posmoderno pensamiento complejo… no por el pensamiento lineal y disyuntivo moderno.

Otro de los absurdos es la solución paradójica. Si mi sabiduría no me engaña (es absurdo pero la ignorancia no engaña… al fin y al cabo desconocemos la realidad… únicamente lo conocido puede engañar), la palabra “paradoja” viene del griego “para” “por fuera” y “doxa” “dogma, paradigma, idea fija”. Es por eso que la lógica paradójica es absurda… busca lo lógico en el absurdo y lo absurdo en lo lógico. Porque construye una lógica por fuera de toda linealidad. Una lógica que abarca lo ilógico y los integra en un conjunto para ser armonizados. La paradoja permite flexibilizar la lógica porque permite un pensamiento al revés para encontrar soluciones positivas. Y hacer menos riguroso el camino a la verdad. La paradoja permite reconocer las fallas de un silogismo perfecto, y hasta la misma lógica de las falacias. Nuestro pensamiento tiene que romper los paradigmas que nos impone la cordura, para alcanzar los para-dogmas (paradojas), donde ninguna categoría nos imponga patrones cuerdos de conducta. Alguien me dijo que pensara con base en categorías, creo que la respuesta paradójica que puedo darle, la única categoría es no pensar con categorías. Hay que pensar en pro de un bien y de la verdad, pero ¿qué es el bien? ¿qué es la verdad?

Dentro de las ventajas de la paradoja están que, inclusive, ésta es más humilde, porque está abierta a encontrar relaciones entre los opuestos –algo que no puede hacer la lógica lineal moderna-. La paradoja inclusive reconoce que el opuesto a lo querido, puede afirmar mejor lo querido, que esa cosa misma que queremos… por eso es que: el que se afirma se niega y el que se niega se afirma. El que se afirma en su ego, niega su ser, el que niega su ego encuentra su ser. Así lógicamente no puede existir el uno sin el cero, y a su vez ninguno de aquellos sin el infinito… así sean totalmente opuestos. Además, cabe añadir que la paradoja es un círculo argumentativo, es decir, no puede existir verdad sin la unidad de todos los puntos. La paradoja comprende la unidad en la pluralidad: el círculo.

Lo caótico es la tercera parte de esa nueva lógica absurda. El mundo no es un reloj mecánico y perfecto como creían algunos. El mundo es caótico. Es un desorden perfecto. Es un mundo incierto, donde para caminar a la verdad debemos contar con la incertidumbre… ¡eh Ave María pues!, que escrito tan sin sentido, e irónicamente tan lleno de lógica; la lógica del sinsentido. ¿Habría sido más convincente si me hubiese dedicado a escribir algo verdaderamente sin sentido? Es que, el sinsentido tiene algún sentido… y el sentido también es un sinsentido. Volviendo al tema, el caos es una parte de la realidad, la realidad está llena de incertidumbres, no sabemos lo que es, no sabemos lo que pasará. Esa realidad se compone de un entramado muy fino de pequeñas causas, un entramado de razones y sin razones, de simplicidades complejas y complejidades simples, de pequeñas sutilezas… de muchas cosas que no entendemos. Tenemos un fractal... que infinitamente contiene lo que somos de una manera gigantesca y de una manera mínima. Este caos también es un absurdo porque se sale a toda lógica moderna, quizás a toda lógica humana, pero paradójicamente no puede existir lógica sin considerar el caos. El caos requiere, para ser captado, de una sensibilidad… la cordura no entiende el caos.

Esa nueva lógica es una lógica desenmascaradora, transgresora, caótica y sensible… es una lógica absurda… una lógica ilógica. Don Alpiniano –por ejemplo- aplica la lógica irónica, pero diría yo que falazmente, porque el capitalismo es el causante de todo esto… y el capitalismo que él propone, tiene cosas buenas, pero todavía, me parece está muy con el sistema. Es una lógica mucho más abierta a la realidad y no centrada en paradigmas viejos que sostienen un sistema competitivo y de injusticias. Una lógica que no se ciñe a metodologías rígidas y limitantes para el conocimiento como la metodología institucionalista de COLCIENCIAS Y burócratas afines. Una lógica abierta a la autenticidad requiere sensibilidad, descubrir que es lo que verdaderamente sentimos… sino la cordura nos seguirá dominando. Pero si logramos una lógica ilógica haremos que razón y corazón se unan en una sola pasión camino a la sana locura que desenmascare las mentiras del sistema.

Entre más locos, más auténticos, y entre más auténticos… seguramente más felices.

A MANERA DE CARRETAZO FINAL
¿Qué quise decir con este escrito? Como todas mis cosas… nada… pues si quise decir algo pero no lo logré. Y mejor aún porque no lográndolo, logro demostrar de una mejor manera que todo es un absurdo. Las palabras silencian y el silencio nos hace pensar. ¿Es mejor quién habla o quien escucha? Este escrito es una conversación conmigo mismo…, absurda como todas las conversaciones, que de una idea llevan a otra, y quizás el sinsentido nos lleva a algo que pueda servir de influencia sutil, para al menos demostrarnos nuestra ignorancia.

Simplemente quería decir algo absurdo, de hecho la conclusión está al principio… quizás este sea simplemente el principio. Ese absurdo que quise decir fue, el hombre es cuerdo, tal es su cordura que niega el absurdo, pero no nos convencería tanto este si no se hubiese negado. El absurdo se niega por el absurdo de no manejar la debilidad humana como se debe. Al ser cuerdo como todo hombre no habría pensado que la humanidad es una porquería, al querer negar el absurdo del hombre no habría “cuestionado” a Dios… y curiosamente al “cuestionar” a DIOS, descubrí que el absurdo Divino nos mantenía vivos, y gracias a mi primer absurdo… deduje la grandeza de DIOS. ABSURDO… Si la realidad es absurda ¿por qué seguir buscando la cordura? Y si negamos la cordura ¿cómo podremos encontrar el absurdo?

El mundo es absurdo al fin y al cabo… por eso siempre estará cuerdo.

Daniel Toro Restrepo.
Después de la última corrección el día 17 de abril de 2007. Desde un pueblito llamado Chía.

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