miércoles, 13 de enero de 2010

MITOLOGÍA ACERCA DEL ESTADO (Cuarta Parte)




 SEGUNDO MITO. EL HOMBRE ES UN SER QUE ACTÚA DE FORMA DESORGANIZADA POR ESO REQUIERE QUE OTRO LO ORDENE. ESE OTRO ES EL ESTADO.

Esta tesis tal cual está planteada es verdadera, Kierkegaard la reconoce en su tratado de la desesperación: "La desesperación es una discordancia interna de una síntesis cuya relación se refiere a sí misma"[1](Subrayado personal). Efectivamente el hombre es un ser desorganizado, pero ¿puede organizarlo otro hombre? Pues para eso está la conocida frase, creo que bíblica, que dice “si un ciego guía a otro ciego, los dos caen al hoyo”. Efectivamente, si un ser discordante, guía a otro discordante, al menos ambos permanecerán en la discordancia. La persona es una síntesis, pero discordante por su libertad, en otras palabras es un ser irónico. No solamente esta realidad la profundizó Kierkegaard, creo que cualquier filósofo de la autenticidad trata este tema. Al respecto Fernando González afirmó de una forma muy poética la realidad enunciada por Kierkegaard: “Somos entre dos caminos, el que hunde en las apariencias, cada vez más, o el que sube cada vez a mayor soledad en Dios.”[2].

La discordancia y el desorden humano es prácticamente un problema de la condición humana pero ¿puede resolverlo otro hombre?


1.1   El hombre como ser social necesita ordenar su vida pública en el estado.

Ser social no significa nacer para el estado. Si recapitulamos el estado  no es más que el poder brutal instituido. Y ¿cómo valoramos el poder? En el punto 1.3 de la primera parte vimos que la causa eficiente del poder es simplemente ese deseo concupiscente de imponer nuestras ideas, creencias o actos. Ahora bien, si se trata de imposición El poder  no es más que un acto egoísta, es decir, implica que queremos que otro actúe para nuestro beneficio personal o simplemente no creemos posible que el otro sea capaz de actuar por sí mismo luego "solamente soy el único que puedo ordenar al otro". Creo que el ser social del hombre se ve claramente afectado por el poder porque no se genera un diálogo entre personas sino simplemente una imposición, no hay socialización, no hay intercambio humano, solamente jerarquización... Al no haber socialización, el estado  no es más que una institución egoísta.

¿Puede una entidad basada en el egoísmo ser el producto de la sociedad? ¿No es absurdo afirmar que el egoísmo produce la sociedad?

1.2   "La anarquía equivale al desorden" O "la anarquía es un ideal"

Si la anarquía equivale al desorden ¿muéstrenme el orden que genera el estado ¿Cuál es ese orden de las pasiones humanas que ha logrado el leviatán? Si veo virtud permanente en el territorio que "pertenece" al estado colombiano. Y también en el norteamericano y en el francés  y en todas partes… todas bajo el dominio del estado. Como el estado  no es más que un nombre que se le da al "poder brutal" y el poder brutal no es más que la fuerza o coacción psicológica, física o mediante mentiras que se le hace una persona para imponerle determinado actuar… la coacción nunca generará fuerza porque en la naturaleza más profunda del hombre está el deseo de rebelarse ante la imposición. A una imposición por rebeldía se genera una nueva imposición y así todos nos vamos imponiendo la guerra de todos contra todos, así Hobbes crea en "el Leviatán" que esa guerra se soluciona dejando el poder brutal en manos de uno.

El poder engendra poder… y el poder es lo mismo que la violencia. En la sabiduría antigua puede verse como "el que a hierro mata a hierro muere", por eso el problema de Colombia no es de "fortalecimiento del poder" sino del camino hacia el fin del poder.

Si la anarquía es un ideal, pero más que ideal es una meta. La solución no la alcanzaremos porque es imposible por lo menos para mí extinguir todo deseo de poder, por eso lo que propongo es una filoanarquía. Amor a la anarquía, camino a la anarquía, mediante un recorrido camino en obras, virtud, trabajo y amor… La anarquía no puede imponerse porque si lo es no es más que un acto de poder y bien violento...

1.3   Si no hubiera estado la ansiedad por el desorden humano sería insoportable.

Esa tesis es sostenida por Hobbes y también por muchas personas defensoras de estados fuertes. Sostiene Hobbes “Todo ello hace manifiesto que si los hombres viven sin un poder común que los atemorice se hallan en ese estado o condición que se denomina guerra, guerra tal que es todos contra todos.”[3] Y más adelante sostiene “lo que hay es un continuo temor y peligro de muerte violenta. La vida del hombre se hace solitaria, tosca, embrutecida y breve.”[4]. Pareciese que Hobbes tiene razón, pero su falacia está implícita en el argumento cuando utiliza la palabra “atemorice”. Ya de por sí el estado me genera temor, temor a decir que es un total y terrible error.

Hay dos argumentos con los que se contradice esta tesis de Hobbes. El primer argumento es de carácter histórico y el segundo de carácter ontológico. El histórico se deriva del siguiente mito: “la infalibilidad del estado” si el estado es infalible, se genera efectivamente el problema que no se equivoca y no puede cometer injusticia alguna –pues él lo establece todo, es un dios mortal[5]-. Al ser infalible cualquier conducta que decida, sin importar su bondad o maldad, mientras sea legal, es totalmente legítima.

Esa circunstancia generó la posibilidad de establecer el régimen NAZI, donde el “estado protector” era el “estado asesino” de los judíos. ¿A quién le temíamos? Pues al estado. Hobbes en su ontología sostiene que el hombre es un homo hominii lupus bajo ese razonamiento es idiota pensar que podemos darle nuestra maldad a otro lobo para que legítimamente nos mate. Sin ir más lejos, ha habido varias condenas al estado colombiano en la Corte Interamericana precisamente por violación a los derechos humanos. Al respecto puede consultarse el caso La Rochela[6], 19 comerciantes[7], entre otros de los cuales hay amplia referencia como Mapiripán, Ituango. Y el más grave es el del Penal Castro Castro vs Perú del que no tengo referencia pero puede buscarse. El estado no es el protector como pareciese, sino aquel que tiene legítimamente el poder de matar sin ser juzgado[8].

 El segundo es de carácter ontológico, el ser humano es irónico o discordante como dice Sören Kierkegaard. Esa discordancia no se soluciona con un medio discordante: el poder. Ni tampoco soluciona el problema de raíz: la concupiscencia que nos lleva a la imposición de nuestras ideas. Si siempre va a haber un germen de poder en nosotros, la solución es que cada persona/individuo lo busque resolver ella misma, de lo contrario los “pañitos de agua tibia” del estado no serán más que los mismos actos de los criminales pero legitimados por… nuestra pasividad.


[1] KIERKEGAARD, Soren. TRATADO DE LA DESESPERACIÓN. Editorial Gradifco. Buenos Aires. 1999. Pág. 24

[2]CITA DE LOS NEGROIDES TOMADA DE http://www.otraparte.org/ideas/varios-1.html  09/09/2009 19:41
[3] HOBBES, Thomas. Op cit.. Pág. 23
[4] Ibidem.
[5] Apuntes de clase filosofía del derecho. Universidad de la Sabana. Segundo semestre de 2009. Profesora Titular: Camila Francisca Herrera. Profesor invitado: Iván Garzón Vallejo. Fecha de los apuntes Septiembre 3 de 2009.
[6] La Rochela Vs Colombia. Sentencia Corte Interamericana de Derechos Humanos. Mayo 11 de 2007
[7] 19 Comerciantes vs Colombia. Sentencia Corte Interamericana de Derechos Humanos Julio 5 de 2004.
[8] Las Cortes de Derechos Humanos son un intento absurdo de seguir en la misma lógica. Sus sentencias revelan hechos atroces de amplia notoriedad en donde hay participación de los estados. Sin embargo, es absurdo pretender esta defensa cambiando la soberanía estatal por la soberanía mundial. Es tan absurdo que ahora esos cuerpos internacionales proponen el holocausto contra el más débil. Por eso el derecho internacional es inútil, absurdo y continuador del mismo Hobbesianismo pero con otro nombre que aún no ha sido manchado.

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