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Desde hace dos semanas estoy aprendiendo el peso de lo que significa trabajar. Es en cierta medida entretenido, pero también es arduo, a veces desgastante y en momentos la carga se vuelve dura para el espíritu. Por eso un reconocido santo basó su camino de santificación a través del trabajo ordinario, porque al fin y al cabo a veces se asemeja a la carga de la cruz. Puede que quien lea esto niegue por completo el carácter de bondad de la Obra de San Josemaría Escrivá, pero no podrá negar la inmensa sabiduría y comprensión de la naturaleza del trabajo que tenía este hombre. Comprendía el trabajo porque sabía las dificultades que ello conlleva para el hombre, sabía que en muchos momentos equivalía a una caída, a un insulto o también a un gran cariño. Esa naturaleza del trabajo humano lo hace una actividad tan digna y tan fuerte que ya de entrada, salvo algunas vocaciones especiales, genera una retribución más que justa.
Partiendo de lo anterior, ya sabemos que el trabajo es una realidad difícil, inclusive su misma etimología hace alusión al concepto de "traba" o "reto". Resolver esa "traba" o "reto" conlleva inevitablemente la generación de una abundancia y de un excedente de un determinado bien o servicio que satisfacen necesidades y que por ende pueden intercambiarse. Muchas figuras jurídicas surgen para regular el producto del trabajo, desde la ocupación haciéndose propietario -como en el caso de una pesca (Imagen de la derecha)-, pasando por una asesoría de conocimientos a otra persona, como el contrato de trabajo subordinado. A su vez, como una sola persona no puede con todos los retos que genera una determinada actividad surge el concepto de empresa que agrupa un grupo de personas que se dedican a resolver "retos" o "trabas" para resolver necesidades. Es así como desde la más simple ocupación de bienes el hombre en su libertad de organizar el trabajo -que también es sinónimo de producción-acaba desde simples asociaciones de pescadores, regulando su producción a complicados modelos de grupos societarios y complejos modelos corporativos.
En principio pareciese que el producto de jornadas de sudor debería corresponderle única y exclusivamente a las personas que trabajaron en dicho modelo de producción. ¿O tiene sentido uno sudar y sudar sin ver el resultado? Una persona inteligente cambiaría su forma de vida, una bruta seguiría permanentemente en ese sinsentido.Pero, ¿qué pasa sí es un tercero el que me dice a qué debo dedicar el producto de mi trabajo?
EL TERCERO IDEOLOGIZADO Y METIDO.
No es menester de este escrito discutir si existe o no la plusvalía que tanto mencionaba Marx (si me inspiro tal vez sacaré otro artículo cuestionando ese tema); aunque sí pueda darse el abuso de la posición dominante en muchos casos, considero que el precio del trabajo (en lo que se refiere al contrato de trabajo subordinado) sigue las reglas naturales del mercado. Lo que quiero es hacer un cuestionamiento hacia los impuestos, ya que esta reflexión me sale después de leer el artículo de hoy del Instituto Juan de Mariana: La redistribución, una forma de esclavitud me puse a pensar sobre ese tema. ¿Será que el estado es el esclavista moderno?
A una persona le generó escándalo la siguiente frase Lysander Spooner
Pero un lector desprevenido podría preguntarse ¿a quién le roban? Los tiranos esclavistas nos roban a nosotros. Ese robo en palabras modernas se llama para ser completamente técnico "tributo". Y la inmensidad de nombres que empiezan a adquirir como parafiscales, y las clasificaciones en tasas, impuestos y contribuciones y miles de cosas. A uno le echan el cuento que eso es para servir a la Constitución Política y desarrollar el estado de bienestar.
Eso que llaman estado de bienestar en la práctica no lo es tanto. Porque las innumerables contribuciones que se pagan en forma de tributos y parafiscales escasamente se ven en el desarrollo del "bien común". Además, de forma esperanzada un amigo tributarista decía que el 20% de los impuestos se pierden. Eso en porcentajes se ve muy esperanzador el 80% servirá. Pero cuando uno mira la realidad no es tan esperanzador. ¿Quiero yo "donar" el dolor de mi trabajo para políticos corruptos? Qué le parece que ese 20% significa contratos administrativos sobreinflados (para partir el chanchullo por debajo), financiar pensiones injustas de burócratas corruptos que se aprovecharon de la situación (por ejemplo, que de sus recursos salgan millonarias sumas para algunos expresidentes, uno generosamente daría el viaje gratis a los últimos tres que han "trabajado" por este país. Imagínese ese 20% financiando gratuitamente las vacaciones de funcionarios públicos corruptos. Es un placer pagar generosamente ese 20%.
Supongamos que ese esperanzador 20% se vaya para prestaciones y donaciones "extralegales". Pero, tenemos un 80% de prestaciones que cumplen "la ley". Bueno es "esperanzador" ese presupuesto y además el nivel de honestidad del 80%. Pero, ¿qué estamos pagando dentro de la "ley"? Empecemos a hacer una enumeración de gastos legales que muchas personas no estarán de acuerdo. Ese 80% se va a pagar los salarios de la ineficiente Corte Constitucional y al "cumplimiento" de sus sentencias, parte de los parafiscales de los últimos años se los robaron para la financiación de abortos "legales". También toman parte de la plata para pagar millonarias indemnizaciones por los errores del estado. ¿Cómo así? Si el funcionario Pedro Pérez es culpable de millonarias sumas en perjuicios, acabará pagando el estado o mejor USTED, los perjuicios que haya generado. Dicen en ese caso que el estado puede repetir contra el funcionario pero ¿qué funcionario en la práctica podrá responder por esos perjuicios? Al respecto miren las millonarias condenas que hace la Corte Interamericana a nuestro país para que vean si los violadores de derechos humanos tienen esa plata.
El metido estado de forma "legal" reparte condones dentro de la población. Independientemente de la moralidad del acto, ¿no hay mucha gente que de sus recursos no se saquen esos dineros? ¿Qué tal las esterilizaciones? ¿Quiénes están de acuerdo con pagar impuestos que financien una determinada ideología? Pues en eso se va la plata que pagamos dizque en derechos sociales: o sino vea los gastos que se toman para promover una ideología que muchos no queremos promover. Si querida imagen, yo tengo derecho a no pagar impuestos: eso hace parte de mi orientación sexual masculina. Y también creo que no pagar impuestos hace parte de la femenina.
¿Por qué no puedo objetar en conciencia el pago que quiero hacer con mis impuestos? Y eso sin contar otros temas como apoyo a la guerra, la matanza de animales, compra de armamento, adjudicaciones de apartamentos corruptas, sistemas estadísticos centralizados, carteles ideológicos, dictadura moral de la Corte Constitucional. No apoyo el funcionamiento de la DIAN, no me cae bien la policía, ni el ejército porque no los veo como mis protectores. No me parece lícito el cobro de multas y mil cosas más.
Cosas que van contra la conciencia ¿por qué tengo que pagarlas? Acaso no soy lo suficientemente inteligente y autónomo como para no saber en qué me gustaría invertir la plata. ¿No creen que en conciencia puedo determinar qué obras sociales quiero apoyar? ¿No es cada persona capaz de saberlo? No creo que un burócrata interesado pueda determinar en qué quiero gastar la plata.
Recuerdo claramente la objeción tributaria que plantea Ana Pascal en la película "Stranger than fiction". Ella objeta que la parte de la declaración que no pagó corresponde al porcentaje que el gobierno de los Estados Unidos invierte en guerra y otras cosas. Ella objeta y le dicen "You stole from the government" y ella dice que simplemente no pagó esos impuestos, la tratan de anarquista a lo que ella contesta "Anarquist's have a group?". Quizás esa objeción tributaria sea un buen camino para lo que yo denomino anarquía moderada. Bueno Ana Pascal cumple para mí el paradigma de anarquía moderada.
¿ESCLAVOS DEL METIDO?
Lo grave no es que esas cifras se vayan para esos gastos que digamos, me disgustan. Lo grave es que surgen del sudor de cada ciudadano. Uno suda, sufre, piensa, organiza, gestiona, se equivoca, se cae, se cansa, madruga para...
IMPUESTO DEL IVA: 16% promedio adicional al valor de mercado. Conseguimos productos de nuestro trabajo que intercambiamos por un 84% para el dueño y un 16% para el estado (no sé si el cálculo esté bien).
IMPUESTO DE RENTA: Un empresario gestiona una empresa, ya de entrada el 33% de la producción se irá al estado. Si se es un trabajador común y corriente hay unas tablas que ahora no quiero bajar, pero si alguien consulta se la busco.
Así entre otros gastos que generan los impuestos. Una de las reflexiones más interesantes es que en ese modelo de estado de bienestar sería mucho mejor no trabajar:
¿No tenemos participación?Yo diría que muy poca, votar una vez cada cuatro años para dejar los destinos en un montón de gente sin darnos cuenta, a veces sin lograr elegir al que queremos. Peor aún sin siquiera haber decidido asociarnos ni firmar el supuesto contrato-social. Nadie contrató la Constitución, nos la impusieron con la simulación que fue "democrática". El otro poquito de participación consiste en molestar a los políticos cuando estamos inconformes, poco eficaz diría yo.
¿Qué hacer entonces para ayudar a aquellos desposeídos? ¿No sirve para ello el estado de bienestar? Yo pregunto más bien ¿desde cuándo el estado ha sido un artífice en la solución de la pobreza y no un elemento generador? Por otra parte, creo que en ese caso la solidaridad surge de forma natural y cada uno la promueve en conciencia. Por ejemplo, en el caso del actual terremoto de Haití, las formas de solidaridad son muchas y no son propiamente "tributarias". Al fin y al cabo como la solidaridad es amor, no puede haber amor impuesto, o ¿cree que si se lo impone su novio o novia lo amará de por vida o más bien dependerá de usted? Es evidente que sin solidaridad esta sociedad es invivible, insoportable, pero la solidaridad debe ser espontánea y así será mejor, más humana y ayudando en el momento preciso.
ESCLAVITUD MODERNA
Suena absurdo decir que Robin Hood era un esclavista: pero lo era. Robin Hood era un ladrón que le robaba a los ladrones. Puede que en muchos casos la riqueza que obtenían a quienes les robaba fuera injustamente adquirida (como la que surge de la asociación de empresarios ineficientes-trabajadores ineficientes- políticos corruptos). Pero, ¿robarle al ladrón es lícito? No lo es en la última ratio del derecho -derecho penal- ¿por qué puede hacerse en materia tributaria? Una de esas inconsistencias de la legislación... ¿es justo esclavizar al esclavista? ¿lícito matar al asesino? ¿Ojo por ojo? Solamente se justifica el robo en estado de necesidad... después explicaré de que se trata.
En resumidas cuentas esclavizar es humamente ilícito. Y puede hacerse con trabajo gratuito y sin libertad. Como la modalidad de trabajar el 33% del tiempo para el estado que invertirá cómo se le dé la gana el producto de mi trabajo. Es así como el escritor del Instituto Juan de Mariana resume muy bien el problema:
Desde hace dos semanas estoy aprendiendo el peso de lo que significa trabajar. Es en cierta medida entretenido, pero también es arduo, a veces desgastante y en momentos la carga se vuelve dura para el espíritu. Por eso un reconocido santo basó su camino de santificación a través del trabajo ordinario, porque al fin y al cabo a veces se asemeja a la carga de la cruz. Puede que quien lea esto niegue por completo el carácter de bondad de la Obra de San Josemaría Escrivá, pero no podrá negar la inmensa sabiduría y comprensión de la naturaleza del trabajo que tenía este hombre. Comprendía el trabajo porque sabía las dificultades que ello conlleva para el hombre, sabía que en muchos momentos equivalía a una caída, a un insulto o también a un gran cariño. Esa naturaleza del trabajo humano lo hace una actividad tan digna y tan fuerte que ya de entrada, salvo algunas vocaciones especiales, genera una retribución más que justa.
Partiendo de lo anterior, ya sabemos que el trabajo es una realidad difícil, inclusive su misma etimología hace alusión al concepto de "traba" o "reto". Resolver esa "traba" o "reto" conlleva inevitablemente la generación de una abundancia y de un excedente de un determinado bien o servicio que satisfacen necesidades y que por ende pueden intercambiarse. Muchas figuras jurídicas surgen para regular el producto del trabajo, desde la ocupación haciéndose propietario -como en el caso de una pesca (Imagen de la derecha)-, pasando por una asesoría de conocimientos a otra persona, como el contrato de trabajo subordinado. A su vez, como una sola persona no puede con todos los retos que genera una determinada actividad surge el concepto de empresa que agrupa un grupo de personas que se dedican a resolver "retos" o "trabas" para resolver necesidades. Es así como desde la más simple ocupación de bienes el hombre en su libertad de organizar el trabajo -que también es sinónimo de producción-acaba desde simples asociaciones de pescadores, regulando su producción a complicados modelos de grupos societarios y complejos modelos corporativos.
En principio pareciese que el producto de jornadas de sudor debería corresponderle única y exclusivamente a las personas que trabajaron en dicho modelo de producción. ¿O tiene sentido uno sudar y sudar sin ver el resultado? Una persona inteligente cambiaría su forma de vida, una bruta seguiría permanentemente en ese sinsentido.Pero, ¿qué pasa sí es un tercero el que me dice a qué debo dedicar el producto de mi trabajo?
EL TERCERO IDEOLOGIZADO Y METIDO.
No es menester de este escrito discutir si existe o no la plusvalía que tanto mencionaba Marx (si me inspiro tal vez sacaré otro artículo cuestionando ese tema); aunque sí pueda darse el abuso de la posición dominante en muchos casos, considero que el precio del trabajo (en lo que se refiere al contrato de trabajo subordinado) sigue las reglas naturales del mercado. Lo que quiero es hacer un cuestionamiento hacia los impuestos, ya que esta reflexión me sale después de leer el artículo de hoy del Instituto Juan de Mariana: La redistribución, una forma de esclavitud me puse a pensar sobre ese tema. ¿Será que el estado es el esclavista moderno?
A una persona le generó escándalo la siguiente frase Lysander Spooner
"Todos los grandes gobiernos de la tierra - los que hoy existen como los que han ido desapareciendo - han tenido el mismo carácter. No pasan de simples bandas de ladrones que se han asociado con el fin de despojar, conquistar y someter a sus semejantes." Tomado de SPOONER, Lysander. “El derecho natural: la ciencia de la justicia” En Wikisource tomado dehttp://es.wikisource.org/wiki/El_derecho_natural:_la_ciencia_de_la_justicia 08/10/2009 02:39 p.m. Capítulo III. El derecho natural contra la legislación. Segunda parte del Capítulo.
Pero un lector desprevenido podría preguntarse ¿a quién le roban? Los tiranos esclavistas nos roban a nosotros. Ese robo en palabras modernas se llama para ser completamente técnico "tributo". Y la inmensidad de nombres que empiezan a adquirir como parafiscales, y las clasificaciones en tasas, impuestos y contribuciones y miles de cosas. A uno le echan el cuento que eso es para servir a la Constitución Política y desarrollar el estado de bienestar.
Eso que llaman estado de bienestar en la práctica no lo es tanto. Porque las innumerables contribuciones que se pagan en forma de tributos y parafiscales escasamente se ven en el desarrollo del "bien común". Además, de forma esperanzada un amigo tributarista decía que el 20% de los impuestos se pierden. Eso en porcentajes se ve muy esperanzador el 80% servirá. Pero cuando uno mira la realidad no es tan esperanzador. ¿Quiero yo "donar" el dolor de mi trabajo para políticos corruptos? Qué le parece que ese 20% significa contratos administrativos sobreinflados (para partir el chanchullo por debajo), financiar pensiones injustas de burócratas corruptos que se aprovecharon de la situación (por ejemplo, que de sus recursos salgan millonarias sumas para algunos expresidentes, uno generosamente daría el viaje gratis a los últimos tres que han "trabajado" por este país. Imagínese ese 20% financiando gratuitamente las vacaciones de funcionarios públicos corruptos. Es un placer pagar generosamente ese 20%.
Supongamos que ese esperanzador 20% se vaya para prestaciones y donaciones "extralegales". Pero, tenemos un 80% de prestaciones que cumplen "la ley". Bueno es "esperanzador" ese presupuesto y además el nivel de honestidad del 80%. Pero, ¿qué estamos pagando dentro de la "ley"? Empecemos a hacer una enumeración de gastos legales que muchas personas no estarán de acuerdo. Ese 80% se va a pagar los salarios de la ineficiente Corte Constitucional y al "cumplimiento" de sus sentencias, parte de los parafiscales de los últimos años se los robaron para la financiación de abortos "legales". También toman parte de la plata para pagar millonarias indemnizaciones por los errores del estado. ¿Cómo así? Si el funcionario Pedro Pérez es culpable de millonarias sumas en perjuicios, acabará pagando el estado o mejor USTED, los perjuicios que haya generado. Dicen en ese caso que el estado puede repetir contra el funcionario pero ¿qué funcionario en la práctica podrá responder por esos perjuicios? Al respecto miren las millonarias condenas que hace la Corte Interamericana a nuestro país para que vean si los violadores de derechos humanos tienen esa plata.
El metido estado de forma "legal" reparte condones dentro de la población. Independientemente de la moralidad del acto, ¿no hay mucha gente que de sus recursos no se saquen esos dineros? ¿Qué tal las esterilizaciones? ¿Quiénes están de acuerdo con pagar impuestos que financien una determinada ideología? Pues en eso se va la plata que pagamos dizque en derechos sociales: o sino vea los gastos que se toman para promover una ideología que muchos no queremos promover. Si querida imagen, yo tengo derecho a no pagar impuestos: eso hace parte de mi orientación sexual masculina. Y también creo que no pagar impuestos hace parte de la femenina.
¿Por qué no puedo objetar en conciencia el pago que quiero hacer con mis impuestos? Y eso sin contar otros temas como apoyo a la guerra, la matanza de animales, compra de armamento, adjudicaciones de apartamentos corruptas, sistemas estadísticos centralizados, carteles ideológicos, dictadura moral de la Corte Constitucional. No apoyo el funcionamiento de la DIAN, no me cae bien la policía, ni el ejército porque no los veo como mis protectores. No me parece lícito el cobro de multas y mil cosas más.
Cosas que van contra la conciencia ¿por qué tengo que pagarlas? Acaso no soy lo suficientemente inteligente y autónomo como para no saber en qué me gustaría invertir la plata. ¿No creen que en conciencia puedo determinar qué obras sociales quiero apoyar? ¿No es cada persona capaz de saberlo? No creo que un burócrata interesado pueda determinar en qué quiero gastar la plata.
Recuerdo claramente la objeción tributaria que plantea Ana Pascal en la película "Stranger than fiction". Ella objeta que la parte de la declaración que no pagó corresponde al porcentaje que el gobierno de los Estados Unidos invierte en guerra y otras cosas. Ella objeta y le dicen "You stole from the government" y ella dice que simplemente no pagó esos impuestos, la tratan de anarquista a lo que ella contesta "Anarquist's have a group?". Quizás esa objeción tributaria sea un buen camino para lo que yo denomino anarquía moderada. Bueno Ana Pascal cumple para mí el paradigma de anarquía moderada.
¿ESCLAVOS DEL METIDO?
Lo grave no es que esas cifras se vayan para esos gastos que digamos, me disgustan. Lo grave es que surgen del sudor de cada ciudadano. Uno suda, sufre, piensa, organiza, gestiona, se equivoca, se cae, se cansa, madruga para...
IMPUESTO DEL IVA: 16% promedio adicional al valor de mercado. Conseguimos productos de nuestro trabajo que intercambiamos por un 84% para el dueño y un 16% para el estado (no sé si el cálculo esté bien).
IMPUESTO DE RENTA: Un empresario gestiona una empresa, ya de entrada el 33% de la producción se irá al estado. Si se es un trabajador común y corriente hay unas tablas que ahora no quiero bajar, pero si alguien consulta se la busco.
Así entre otros gastos que generan los impuestos. Una de las reflexiones más interesantes es que en ese modelo de estado de bienestar sería mucho mejor no trabajar:
Las personas que anhelan bienes materiales y tienen que trabajar extra para obtenerlos están sujetos a impuestos ("extra" respecto a lo que deberían trabajar para cubrir sus necesidades básicas), mientras que aquellas que tienen placeres que no requieren trabajo extra no son forzadas a trabajar para pagar el mismo tributo. Si quieres ir al cine, debes ganar dinero para pagar la entrada y pagar impuestos. Si prefieres ver una puesta de sol o estar tumbado en el sillón no hace falta que produzcas nada para ganar más dinero ni que pagues ningún impuesto.(1)Con esa reflexión más vale el ocio que ser esclavo... complejo, pero depende de las conciencias...
¿No tenemos participación?Yo diría que muy poca, votar una vez cada cuatro años para dejar los destinos en un montón de gente sin darnos cuenta, a veces sin lograr elegir al que queremos. Peor aún sin siquiera haber decidido asociarnos ni firmar el supuesto contrato-social. Nadie contrató la Constitución, nos la impusieron con la simulación que fue "democrática". El otro poquito de participación consiste en molestar a los políticos cuando estamos inconformes, poco eficaz diría yo.
¿Qué hacer entonces para ayudar a aquellos desposeídos? ¿No sirve para ello el estado de bienestar? Yo pregunto más bien ¿desde cuándo el estado ha sido un artífice en la solución de la pobreza y no un elemento generador? Por otra parte, creo que en ese caso la solidaridad surge de forma natural y cada uno la promueve en conciencia. Por ejemplo, en el caso del actual terremoto de Haití, las formas de solidaridad son muchas y no son propiamente "tributarias". Al fin y al cabo como la solidaridad es amor, no puede haber amor impuesto, o ¿cree que si se lo impone su novio o novia lo amará de por vida o más bien dependerá de usted? Es evidente que sin solidaridad esta sociedad es invivible, insoportable, pero la solidaridad debe ser espontánea y así será mejor, más humana y ayudando en el momento preciso.
ESCLAVITUD MODERNA
Suena absurdo decir que Robin Hood era un esclavista: pero lo era. Robin Hood era un ladrón que le robaba a los ladrones. Puede que en muchos casos la riqueza que obtenían a quienes les robaba fuera injustamente adquirida (como la que surge de la asociación de empresarios ineficientes-trabajadores ineficientes- políticos corruptos). Pero, ¿robarle al ladrón es lícito? No lo es en la última ratio del derecho -derecho penal- ¿por qué puede hacerse en materia tributaria? Una de esas inconsistencias de la legislación... ¿es justo esclavizar al esclavista? ¿lícito matar al asesino? ¿Ojo por ojo? Solamente se justifica el robo en estado de necesidad... después explicaré de que se trata.
En resumidas cuentas esclavizar es humamente ilícito. Y puede hacerse con trabajo gratuito y sin libertad. Como la modalidad de trabajar el 33% del tiempo para el estado que invertirá cómo se le dé la gana el producto de mi trabajo. Es así como el escritor del Instituto Juan de Mariana resume muy bien el problema:
¿Acaso no hay diferencia entre ofrecer a la persona una gama de alternativas (como sucede en el caso de los impuestos) y obligarla a realizar un trabajo específico (como ocurre con la esclavitud clásica)? En realidad no es una diferencia de categoría sino de grado. Podemos imaginar, siguiendo a Nozick, una gradación de sistemas de trabajo forzoso: uno que obliga a realizar una actividad concreta, uno que permite escoger entre dos actividades, etc. (Ibidem)BIBLIOGRAFÍA.
- ESPUGLAS BOTER, Albert. La redistribución, una forma de esclavitud. En http://www.juandemariana.org/comentario/4314/redistribucion/forma/esclavitud/ 18/1/2010 19:11 pm. Instituto Juan de Mariana.
- SPOONER, Lysander. “El derecho natural: la ciencia de la justicia” En Wikisource tomado dehttp://es.wikisource.org/wiki/El_derecho_natural:_la_ciencia_de_la_justicia 08/10/2009 02:39 p.m. Capítulo III. El derecho natural contra la legislación. Segunda parte del Capítulo.
IMÁGENES.
Excepto la última: Base de datos personal del autor. Link: haciendo click en la página.
La última: "Esclavitud en Brasil" Jean-Baptiste Debret. Contenido licencia Creative Commons en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b7/024debret.jpg 18/1/2010 19:11 pm.
ABSOLUTAMENTE EXCELENTE...No veo lejos el día en que la objeción de conciencia tributaria sea un deber
ResponderBorrarEse sería el primer paso de la anarquía moderada porque también hay que reconocerlo el estado monopoliza algunas necesidades y, no obstante ser monopolio, en algunas ocasiones tiene derecho a ello.
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